Si has fracasado una y otra vez con las dietas es porque en realidad no tienen un efecto a largo plazo: cuando las abandonas o no respetas algunas de sus pautas, vuelves a recuperar el peso perdido. Por eso, los especialistas han hallado nuevos enfoques para el problema del control de peso.
Rompe las malas costumbres
Un nuevo estudio descubrió que la clave para lograr el peso deseado y mantenerse, es reforzar los hábitos saludables. Por ejemplo, cada vez que repites una costumbre en un determinado momento, se forma un hábito: llegar a casa del trabajo y consumir un bocadillo calórico o grasoso.
Bienvenidos nuevos hábitos
La Dra. Gina Cleo, explicó en un artículo aparecido en The Conversation que los planes para bajar de peso que se basan cambios de conductas (formar nuevos hábitos o romper los viejos hábitos) pueden ser efectivos para ayudar a las personas a perder peso y a no recuperarlo.
Funcionan mejor que una dieta
Cambiar los malos hábitos tiene el potencial de modificar la forma en que pensamos sobre el control de peso y, sobre todo, cómo nos comportamos. Hay 10 hábitos saludables que resultaron exitosos en un estudio y fueron creados por Weight Concern (organización sin fines de lucro del Reino Unido). Y son…
1. Sigue una rutina de comidas
1. Come aproximadamente a la misma hora todos los días. Las personas que tienen éxito en la pérdida de peso a largo plazo tienden a tener un ritmo de comida regular (evitando los bocadillos y las mordidas). Una dieta consistente a lo largo de la semana y en todo el año, deriva en pérdida de peso y mantenimiento a largo plazo.
2. Opta por las grasas saludables
Elige comer grasas saludables a base de nueces, aguacate y pescado de grasa azul (salmón, sardinas) en lugar de comida rápida. Las grasas trans están relacionadas con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y obesidad, entre otros problemas.
3. Camina más
Apunta a llegar a los 10,000 pasos por día. Toma las escaleras y bájate en una parada antes en el transporte público y camina más cuadras entre tu casa y el trabajo.
4. Lleva refrigerios saludables contigo
Reemplaza las patatas fritas y galletas por fruta fresca, por ejemplo, o frutos secos. Si tienes comida saludable a mano, podrás sobrellevar los antojos sin excederte.
5. Mira siempre las etiquetas
Revisa el contenido de grasa, azúcar y sal en las etiquetas de los alimentos, y elige los que ofrecen menos valores de esos ingredientes.
6. Reduce tus porciones
Utiliza platos más pequeños, bebe un vaso de agua y espera cinco minutos para comer, luego controla tu hambre por unos segundos.
7. Pasa menos tiempo en la silla
Pasar más tiempo activo está relacionado con importantes beneficios para la salud. El tiempo que pasas sentado se relaciona con el exceso de peso y la obesidad, independientemente del nivel de actividad física que realices.
8. Elige bien tus bebidas
Opta por el agua y limita el jugo de fruta a un vaso pequeño por día, preferentemente de fruta natural y no envasado.
9. Concéntrate en la comida
Disminuye la velocidad y come mientras estás sentado/a en la mesa, no en el camino. Las señales internas que regulan la sensación de hambre y plenitud, pueden no ser tan efectivas si te distraes.
10. Come 5 porciones de frutas y verduras al día
Ya sean frescas, congeladas o enlatadas: las frutas y verduras tienen una alta calidad nutricional y baja densidad energética. Comer la cantidad recomendada produce beneficios para la salud, incluida la reducción del riesgo de cáncer y enfermedad coronaria, además de ayudarte a adelgazar.