¿Se pueden comer los alimentos vencidos?

Por cada dólar que los estadounidenses gastan en comida, tiran alrededor de 10 centavos a la basura. No parece mucho, pero se acumula rápido y termina representando alrededor de $1,500 al año, en promedio, para una familia de 4 personas, según el Departamento de Agricultura. Eso no solo afecta tu bolsillo, sino que el desperdicio de comida también tiene consecuencias de amplio alcance.

La comida es la mayor fuente de basura en los tiraderos, y contribuye significativamente a la producción de metano, que es una de las causas del calentamiento global. Y también hay que tener en cuenta el agua, la electricidad, el combustible y otros recursos que se desperdician en el cultivo y en la producción de comida que nadie va a comer nunca.

¿Se pueden comer los alimentos vencidos?
Consumer Reports | Foto: CONSUMER REPORTS

Los niños quisquillosos, los estilos de vida atareados y la mala planificación, son algunas de las razones por las que mucho de lo que metemos en nuestros carritos del supermercado termina en la basura. Pero otro factor importante es la confusión acerca de lo que realmente significan todas esas etiquetas con fechas en los paquetes de comida que indican “vender antes de”, “utilizar antes de”, “mejor antes de”, etc.

“La mayoría de los consumidores no se da cuenta de que tienen más que ver con la calidad de la comida que con su seguridad para el consumo”, dice Robert Gravani, Ph.D., profesor de ciencia alimenticia en Cornell University. Es probable que la comida no esté en su mejor estado después de esas fechas pero el hecho de no estar fresca o que cambie de color, por ejemplo, es un problema de calidad, no de seguridad. La verdad es que en muchos casos, la comida que sigue en un estante, o aun en el refrigerador, luego de la fecha que indica el paquete se puede comer y no es necesario desecharla.

“Las enfermedades transmitidas por los alimentos provienen de la contaminación y no del proceso natural de descomposición”, dice Dana Gunders, científica permanente del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales y autora de la Guía para una cocina sin desechos (“Waste-Free Kitchen Handbook” de Chronicle Books, 2015). “Y nuestros sentidos están bien equipados para reconocer la descomposición.” Las comidas que ya no están frescas pueden tener hongos, volverse rancias o echarse a perder de otras formas, pero es probable que tengan mal aspecto, y huelan y sepan feo aún antes de que ya no sean seguras para comer.

No existe ningún requisito federal que indique que los alimentos deban llevar una etiqueta con una fecha, salvo en el caso de fórmula para bebés, en cuyo caso se trata de un problema de calidad nutritiva y no de seguridad.

Varios estados tienen regulaciones al respecto, pero las pautas utilizadas para establecer las fechas, y el significado de los términos, varían. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ofrece las siguientes definiciones generales:

“Vender antes de” (‘sell by’). Esta es la fecha para la cual los fabricantes sugieren que los minoristas quiten el producto de sus estantes. El objetivo es asegurar la calidad por un período de tiempo luego de su compra.

Este período puede ser de varios días a varias semanas, dependiendo del artículo. Por ejemplo, la leche, suponiendo una refrigeración adecuada, debería durar entre 5 y 7 días después de la fecha indicada después de “vender antes de” antes de ponerse agria.

“Mejor antes de” y “utilizar antes de” (‘best by’ and ‘use by’). Estos términos te dicen cuándo comer (o congelar) un producto para obtener la mejor calidad. Un frasco de salsa podría no tener el gusto fresco y fuerte que debería tener, por ejemplo, y las galletas saladas podrían estar blandas en vez de crujientes después de estas fechas.

¿Cómo se determinan las fechas? En la mayoría de los casos, los fabricantes deciden las fechas y los plazos en base a sus propias pruebas en sus productos. Según un informe del NRDC y Harvard University, utilizan varios métodos, tales como análisis de laboratorio y pruebas de degustación para determinarlas. Y los consumidores no tienen manera de saber cuáles se utilizaron. En muchos casos, las fechas son conservadoras y si se pasan, es posible que no notes ninguna diferencia de calidad, especialmente si la fecha pasó recientemente.

Y en algunos casos, incluso los artículos que han visto días mejores aún pueden utilizarse. “Utiliza la leche agria como suero de leche en masa de panqués o bollos”, dice Gunders. “Puedes revivir verduras marchitas como zanahorias y apio remojándolas en agua helada, y las hojas verdes que están demasiado blandas para servir crudas en ensalada se pueden freír ligeramente”.

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