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Vacuna contra la hepatitis A

Una de cada 5 personas con hepatitis A debe ser hospitalizada. Los síntomas característicos son:

• Un estado similar al de una gripe.
• Ictericia, cuando la piel y los ojos adquieren un tono amarillento
• Dolores muy fuertes en el estómago y diarrea.

Puntos clave

  • Desde que la vacuna se incorporó en los calendarios, los casos bajaron en un 90 por ciento.
  • Por fuera del calendario, cualquier persona en riesgo puede recibir la vacuna.

Edad y dosis

Según el calendario nacional de vacunación, la vacuna contra la hepatitis A debe aplicarse a los niños en dos dosis entre los 12 y los 23 meses de edad, con una diferencia de 6 meses cada una. Si por alguna razón el niño no fue vacunado durante ese período, debe ser inmunizado lo antes posible. Es esencial que consulte al pediatra ante cualquier duda sobre estas vacunas.

También deben vacunarse contra la hepatitis A las personas que viajen a países o áreas con alta incidencia de esta enfermedad. Y también los niños y adolescentes que vivan en áreas en donde esta inmunización sea rutinaria por su alta incidencia.

La información que proporcionan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) indica que también deberían vacunarse:

• Los hombres que tienen sexo con hombres
• Los usuarios de drogas
• Aquellos que padezcan enfermedades crónicas del hígado
• Los que reciben tratamiento con concentrados de factor de coagulación
• Y los que trabajan en laboratorios de investigación, o con monos infectados.

Por fuera de estos casos específicos, cualquier persona que estuviera por alguna razón en riesgo de infectarse puede recibir la vacuna. Tanto los adultos como los niños necesitan dos dosis para que el efecto sea duradero.

Las personas que no pueden vacunarse contra la hepatitis A son aquellas que tienen alergias graves o que estén enfermas al momento de la vacunación. No se ha determinado la seguridad de esta vacuna en embarazadas.

Efectos secundarios

Los efectos secundarios que podrían aparecer son: dolor en el lugar en donde se administró, uno de cada 6 niños lo sienten; dolor de cabeza, pérdida de apetito y cansancio. El más grave, y el menos frecuente, es una reacción alérgica.

Desde que en 1999 la vacuna se volvió una rutina en la mayoría de los condados a nivel nacional, los casos de hepatitis A han bajo un 90 por ciento: 1,2 por cada 100.000 habitantes. En niños la disminución fue espectacular, en adultos aún la incidencia es un poco alta.

Las vacunas son esenciales para prevenir enfermedades, tanto en los niños como en los adultos. Actúan sobre el sistema inmunológico, protegiendo al organismo del contagio de una gran cantidad de enfermedades, la mayoría de las veces en forma permanente. La inmunización es fundamental para tener niños y comunidades más saludables.

Fuente: CDC, Inmunization Action Coalition