Más de mil millones de personas se sienten igual. ¿Eres una de ellas?

Aunque no es un consuelo, si te sientes solo… pues no estás tan solo. Una nueva encuesta de Gallup revela que un cuarto de la población mundial, unas 1.000 millones de personas, sienten distintos grados de soledad.

El sondeo, realizado en 140 países, puede incluso representar un porcentaje más bajo que el real ya que el análisis no incluyó a una de las naciones más pobladas del mundo: China. 

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Especialmente después de los aislamientos forzosos a causa de la pandemia de COVID-19, la soledad ha pasado a ser un problema del campo de la salud pública, como revela la Organización Mundial de la Salud (OMS)

La investigación científica muestra que las conexiones sociales son parte del desarrollo integral de una persona ya desde la infancia. De hecho, las personas que se aíslan tienden a tener mayores tasas de ansiedad, depresión e incluso pensamientos suicidas. 

La sensación o sentimiento de soledad puede surgir a cualquier edad, y no siempre se relaciona con estar físicamente solo: una persona puede sentirse sola aunque este rodeada de gente, incluso de familiares o amigos.

Pero las consecuencias de la soledad crónica pueden también causar problemas de salud físicos, especialmente en uno de los grupos en los que impacta más, el de los adultos mayores.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) indica que, aunque es difícil medir el aislamiento social y la soledad de manera precisa, existe una fuerte evidencia de que muchos adultos de 50 años o más están socialmente aislados o se sienten solos en maneras que ponen en riesgo su salud. Estudios recientes hallaron lo siguiente:

  • El aislamiento social aumenta significativamente el riesgo de una persona de morir prematuramente por todas las causas, un riesgo que podría competir con el del tabaquismo, la obesidad y la inactividad física.
  • El aislamiento social se asoció a un aumento de casi el 50% del riesgo de demencia.
  • Las relaciones sociales escasas (caracterizadas por el aislamiento social o la soledad) se asociaron a un aumento del 29% del riesgo de enfermedad cardíaca y a un aumento del 32% del riesgo de accidente cerebrovascular.
  • La soledad en los pacientes con insuficiencia cardíaca se asoció a un riesgo de muerte casi 4 veces mayor, a un aumento del 68% del riesgo de hospitalización y a un aumento del 57% del riesgo de visitas a la sala de emergencias.

La mejor receta para prevenir la soledad es no aislarse uno mismo, muchas veces a las personas les cuesta salir de su espacio de comodidad para tener nuevas experiencias y conocer a nuevas personas. Los vínculos no siempre tienen que ser "amigos para siempre" o "el amor de la vida".

Un listado de acciones simples

  • Estar bien con uno mismo, y cuidar de uno mismo
  • Aceptar invitaciones de amistades
  • Explorar nuevas actividades, especialmente aquellas que involucren grupos
  • No temer hacer nuevas conexiones
  • Explorar eventos y actividades en el mismo vecindario
  • Practicar el voluntariado
  • No temer hablar de lo que uno siente, ese es un magnífico primer paso.