Control coercitivo: cuáles son sus principales señales

El control coercitivo es un patrón deliberado y continuo de comportamiento, mediante el cual una persona busca tener poder y control sobre otra en una relación.

Para ello, se puede valer de diferentes estrategias, como la manipulación psicológica y emocional, amenazas o agresiones, uso de humillación e intimidación u otro tipo de abuso para causar daño emocional o físico.

El control coercitivo es una forma de abuso en el que las víctimas se encuentran en situaciones similares a las de un rehén. | Foto: ISTOCK

Puntos clave

  • El control coercitivo consiste en la manipulación psicológica y emocional, amenazas o agresiones, o uso de humillación e intimidación para mantener el poder sobre la pareja.
  • Es difícil conocer con exactitud la incidencia de este problema, pero se estima que entre 60 y 80% de las mujeres que buscan ayuda por abuso han experimentado control coercitivo.
  • Es un tipo de violencia sumamente peligroso, dado que, por su naturaleza sutil, tiende a pasar desapercibido y perpetuarse por más tiempo que otras formas de abuso.

La violencia física, sexual y emocional es un problema social e histórico en todo el mundo. Un estudio publicado en 2018 en The Lancet, halló tras analizar más de 360 estudios con datos de 2 millones de mujeres de 161 países, que 27% de las mujeres de 15 a 49 años que alguna vez tuvieron pareja, sufrieron violencia física, sexual o ambas por parte de su pareja íntima.

Este problema comienza temprano, 24% de las adolescentes y mujeres de 15 a 19 años, y 26% de las mujeres de 19 a 24 años ya han experimentado esa violencia.

Un tipo más sutil de comportamiento abusivo, pero no por ello menos peligroso y dañino, es el control coercitivo. Consiste en una forma estratégica de opresión continua que se utiliza para infundir miedo y mantener poder sobre la pareja.

Es difícil conocer con exactitud la incidencia de este problema en la sociedad, pero se estima que entre 60 y 80% de las mujeres que buscan ayuda por abuso han experimentado control coercitivo.

Dada la naturaleza de este tipo de abuso, que le permite pasar desapercibido, suele ser difícil de identificar. Los expertos comparten una serie de puntos que pueden indicar la presencia de control coercitivo:

Reducir tu autonomía

Es común que al empezar una relación creas que tu pareja solo desea estar la mayor cantidad de tiempo juntos. Esto es lógico, siempre que se trate de una relación sana, sin embargo, los expertos advierten que este no es el caso si se trata de control coercitivo.

Pero ¿cómo puedes diferenciarlo? Una pareja controladora intentará separarte de tus amigos y familiares, o limitar el contacto o tiempo que pasas con ellos para que no recibas el apoyo que necesitas. Para ello, se pueden recurrir a diferentes estrategias:

  • Sugerir cuentas compartidas de teléfono y redes sociales.
  • Elegir zonas para vivir alejadas de la familia o amistades, para que sea difícil visitarlos.
  • Controlar todas tus llamadas telefónicas con tu familia o amigos.
  • Convencerte de que tu familia y amigos te odian y no quieren hablarte.

Rastrearte

Los abusadores pueden implementar el control coercitivo intentando hacerse omnipresentes. Para ello, pueden utilizar diferentes herramientas de control, como cámaras, dispositivos de grabación, e incluso vigilancia bidireccional, para poder hablarte. Esto no solo permite mantener el control, sino también recordar que están observándote.

Controlar aspectos de tu salud

Otro forma por la cual se implementa el control coercitivo es a través de la salud física. Un abusador puede buscar supervisar cuánto y qué comes, cuánto tiempo duermes e incluso el tiempo que pasas en el baño.

También puede establecer regímenes dietarios o de ejercicios estrictos, y decidir que medicamentos puedes tomar, o incluso si puedes recibir atención médica.

Humillarte

Manipular, mentir, y convencerte de que siempre estás equivocado son estrategias que un abusador utilizará para ejercer control. Esto luego puede repercutir en tu autoestima y seguridad, haciendo que te cuestiones a ti mismo.

Otras formas de intimidación consisten en las humillaciones, insultos y críticas, cuyo objetivo es hacerte sentir poco importante y deficiente.

También puede recurrir a acusaciones celosas, para hacerte sentir culpable y eliminar o minimizar tu contacto con el resto de las personas.

Limitar el acceso al dinero

Controlar las finanzas es una forma de restringir tu libertad y capacidad para abandonar la relación. Para ello, el abusador puede:

  • Controlar estrictamente lo que gastas.
  • Limitarte el acceso a cuentas bancarias.
  • Impedir que uses una tarjeta de crédito.
  • Ocultarte recursos financieros.
  • Establecerte un presupuesto estricto que apenas cubre lo esencial, como comida o ropa.

La intimidad como medio de control

El abusador puede exigirte la cantidad de veces que debes tener sexo cada semana, así como el tipo de actividades a realizar. También pueden demandarte fotos o videos sexuales, o negarse a tomar ciertas medidas de protección y cuidado para la salud durante el sexo, por ejemplo, usar condón.

Usar a tus hijos, amigos o mascotas

En ciertos casos las amenazas emocionales, físicas o financieras no funcionan, por lo que el abusador puede recurrir a otras formas de mantener el control coercitivo:

  • Hacer amenazas violentas hacia tus hijos, amigos o mascotas.
  • Amenazar con llamar a los servicios sociales, asegurando que estás descuidando o abusando de tus hijos, cuando no es así.
  • Menospreciarte frente a tus hijos.
  • Hablar mal de ti con tus hijos, para crear una grieta en la relación que tienes con ellos.

Qué se puede hacer

El control coercitivo es un abuso sumamente peligroso, que, por su naturaleza sutil, tiende a pasar desapercibido y perpetuarse por más tiempo que otras formas de abuso. Por esta razón, abandonar una relación de este tipo puede ser sumamente difícil, más aún cuando hay niños involucrados. Las siguientes medidas pueden resultar de ayuda:

  • Consulta a un psicólogo, preferentemente capacitado en relaciones abusivas.
  • Mantén la comunicación, incluso ante el disgusto del abusador, con tus sistemas de apoyo. Es importante que amigos y familiares tengan toda la información necesaria para contactarse contigo y se hagan presentes regularmente.
  • Llama a una línea directa de violencia doméstica.
  • Practica cómo salir de la casa de manera segura. Si tienes hijos, enséñales a identificar un lugar seguro, como la casa de un amigo o escuela, donde pueden acudir en busca de ayuda. También deben aprender a cómo llamar a la policía.
  • Ten un plan de seguridad, si decides irte debes tener un lugar donde ir y con quien quedarte. El período inicial de separación puede ser el más peligroso, ya que el abusador puede buscar formas de reconciliarse.

El control coercitivo es una forma de abuso en el que las víctimas se encuentran en situaciones similares a las de un rehén. Sin importar cual sea la historia con tu abusador, no debes ni mereces soportar ese trato.