Perder peso, viajar, dejar de fumar, ejercitar más, finalmente hablar con esa persona que nos interesa, empezar un curso, cambiar de carrera, de trabajo, terminar con lo malo y darle más oportunidades a lo bueno.
La Asociación Americana de Psicología (APA) ofrece algunos consejos para no sentirse abrumado por las propias resoluciones.
Es cierto, puede resultar abrumador que tu lista de propósitos de Año Nuevo sea tan larga como tu lista de compras navideñas. Más aun si esas metas tienen plazos específicos: tienen que cumplirse en enero, febrero, marzo.
Pero lo primero es no frustrarse con lo que no se hizo en los doce meses anteriores, sino simplemente mirar para adelante, dicen expertos de la APA. Los seres humanos tienden a sufrir con lo que "podría haber sido" cuando la mayoría son cosas que ya no pueden cambiarse.
Sin embargo, es importante recordar que el Año Nuevo no pretende servir como catalizador para cambios radicales de carácter. Es un momento para que las personas reflexionen sobre su comportamiento del año pasado y prometan realizar cambios positivos en su estilo de vida.
"Establecer metas pequeñas y alcanzables a lo largo del año, en lugar de una meta única y abrumadora el 1 de enero, puede ayudarte a alcanzar lo que sea que te esfuerces", dice la psicóloga Lynn Bufka. "Recuerda, lo que importa no es el alcance del cambio, sino el acto de reconocer que el cambio de estilo de vida es importante y trabajar para lograrlo, paso a paso".
Si se trata de salud y de salud mental, la APA ofrece estos consejos a la hora de pensar en un propósito de Año Nuevo:
Empieza con algo pequeño
Toma resoluciones que creas que puedas cumplir. Si, por ejemplo, tu objetivo es hacer ejercicio con más frecuencia, programa dos o tres días a la semana en el gimnasio en lugar de siete. Si quieres comer más sano, intenta sustituir el postre por algo que te guste, como fruta o yogur, en lugar de ver tu dieta como una forma de castigo.
Cambia un hábito a la vez
Con el paso del tiempo se desarrollan comportamientos nocivos para la salud. Por lo tanto, sustituir conductas nocivas por otras saludables requiere tiempo. No te agobies y pienses que tienes que reevaluar todo en tu vida. En lugar de ello, esfuérzate por cambiar una cosa a la vez.
Habla sobre estos cambios
Comparte tus experiencias con familiares y amigos. Considera unirte a un grupo de apoyo para alcanzar tus objetivos, como una clase de ejercicios en su gimnasio o un grupo de compañeros de trabajo para dejar de fumar. Tener a alguien con quien compartir tus luchas y éxitos hace que el camino hacia un estilo de vida más saludable sea mucho más fácil y menos intimidante.
No te castigues
La perfección es inalcanzable. Recuerda que los pequeños errores a la hora de lograr tus objetivos son completamente normales y están bien. No te rindas por completo porque comiste un brownie y rompiste tu dieta, o te saltaste el gimnasio durante una semana porque estabas ocupado. Todo el mundo tiene altibajos. Lo importante es retomar la conducta positiva.
Pide ayuda
Aceptar la ayuda de quienes se preocupan por ti y te escuchan fortalece tu resiliencia y tu capacidad para manejar el estrés que puede causar tu resolución. Si te sientes abrumado o incapaz de alcanzar tus objetivos por sí solo, considera buscar ayuda profesional. Los psicólogos están especialmente capacitados para comprender la conexión entre la mente y el cuerpo. Pueden ofrecer estrategias sobre cómo ajustar tus objetivos para que sean alcanzables, así como ayudarte a cambiar comportamientos no saludables y abordar problemas emocionales.
En definitiva, todas las metas están interconectadas, pero si mantenemos un buen balance de bienestar entre cuerpo y mente, la vida se verá mejor.
Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.