Un informe reciente reveló que, si bien los cigarrillos electrónicos podrían ofrecer beneficios de salud para los fumadores adultos si los adoptan en reemplazo de los cigarrillos convencionales, estos dispositivos podrían asimismo atraer a los adolescentes al consumo de tabaco, y aumentar así la probabilidad de que desarrollen este hábito.
El informe de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina (National Academy of Sciences Engineering and Medicine, NASEM), publicado el martes, es la revisión más completa hasta la fecha de las investigaciones sobre cigarrillos electrónicos que existen en la actualidad. Los autores del informe evaluaron más de 800 estudios científicos y sacaron muchísimas conclusiones sobre los riesgos y beneficios de estos dispositivos y el acto de usarlos (conocido como “fumar vaporizadores”).
Los autores llegaron a la conclusión de que los cigarrillos electrónicos contienen algunas sustancias tóxicas en concentraciones menores que los cigarrillos convencionales. No obstante, descubrieron asimismo que los adolescentes que usan cigarrillos electrónicos presentan una mayor probabilidad de que se sientan tentados a fumar cigarrillos convencionales.
“Los cigarrillos electrónicos no pueden categorizarse ni como beneficiosos ni como nocivos”, afirmó David Eaton, presidente del comité que escribió el informe, y decano de la Universidad de Washington en Seattle. “En algunos casos, sus efectos adversos claramente validan la preocupación. En otros casos, ofrecen la oportunidad de disminuir las probabilidades de enfermedades provocadas por el consumo de tabaco”.
Hay muchas preguntas cruciales que quedan sin contestar: es demasiado pronto para saber los riesgos de salud a largo plazo que produce el consumo de cigarrillos electrónicos (si los cigarrillos electrónicos aumentan el riesgo de contraer cáncer, enfermedades cardíacas o respiratorias del modo en que sí lo provoca el consumo de cigarrillos convencionales). No obstante, según las investigaciones realizadas hasta el momento, los autores del informe llegaron a un par de conclusiones generales.
Los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a los fumadores adultos
El informe demuestra que reemplazar completamente los cigarrillos convencionales por cigarrillos electrónicos disminuye la exposición de los consumidores a las toxinas (incluidos los carcinógenos). Los cigarrillos electrónicos contienen y emiten grandes cantidades de sustancias potencialmente tóxicas, según los autores. Así y todo, en términos generales, la exposición a las toxinas es significativamente inferior con los cigarrillos electrónicos que con los convencionales, según los hallazgos.
La prueba de que los cigarrillos electrónicos pueden verdaderamente ayudar a las personas a abandonar el consumo de cigarrillos convencionales fue menos definitiva.
Los autores denominan esa información “limitada”. Y recurren a investigadores para que determinen “con mayor precisión” la respuesta a esa pregunta importante. “Si el consumo de cigarrillos electrónicos por parte de fumadores adultos produce la abstinencia del tabaco convencional a largo plazo”, escribieron los autores, “el beneficio para la salud pública podría ser considerable”.
Los jóvenes que usan cigarrillos electrónicos corren riesgos
El informe permitió demostrar sustancialmente que los adolescentes y jóvenes adultos que prueban los cigarrillos electrónicos corren un riesgo mayor de pasar a fumar los cigarrillos convencionales que los que no. Asimismo, los autores descubrieron que, si bien los cigarrillos electrónicos parecen ser menos adictivos que los convencionales, existe la prueba sustancial de que los consumidores de cigarrillos electrónicos pueden aun así generar una adicción por ellos.
La directora médica de Consumer Reports, Orly Avitzur, M.D., afirma que estos descubrimientos específicos son problemáticos. “Se deben realizar otras investigaciones para observar los efectos a largo plazo de los cigarrillos electrónicos”, afirma. “No obstante, lo que sabemos en la actualidad es que algunos consumidores se volverán fumadores, y esa situación los pondrá en riesgo de contraer enfisema, cáncer de pulmón, enfermedades cardíacas y otras enfermedades graves”.
Protección a los adolescentes
Según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) las campañas de salud pública que tienen como fin educar a personas jóvenes, combinadas con políticas que restringen estrictamente el acceso, permitieron frenar considerablemente el consumo de cigarrillos tradicionales por parte de los jóvenes. Luego de décadas de implementación de distintas estrategias empleadas de manera conjunta, el consumo de tabaco por parte de la población joven presentó una baja histórica, según la Encuesta Nacional de Tabaquismo en Jóvenes del 2017 de los CDC.
No obstante, según informó NASEM, aunque rechacen los cigarrillos tradicionales, más del 11% de todos los estudiantes de secundaria usaron cigarrillos electrónicos el mes pasado. Un informe reciente de los CDC vincularon el uso de estos dispositivos por parte de los jóvenes con el marketing efectuado por los creadores de los cigarrillos electrónicos. Estas compañías ofrecen una variedad de sabores de líquidos electrónicos aptos para menores, como “unicorn milk” y “I love donuts”, y los críticos afirman que para las publicidades de cigarrillos electrónicos se emplean las mismas estrategias que la industria del tabaco solía implementar para vender cigarrillos convencionales a generaciones anteriores.
Los expertos afirman que la clave para mantener a los adolescentes alejados de los cigarrillos convencionales o electrónicos es hablar con ellos. Un profesor de pediatría de la Universidad de Illinois en Chicago, Jonathan Klein, M.D., y M.P.H., quien escribió sobre el consumo de cigarrillos electrónicos en adolescentes, observa que si puedes ayudar a los adolescentes a atravesar la educación secundaria sin que usen cigarrillos electrónicos [vaping], existen menos probabilidades de que intenten fumar cigarrillos convencionales o electrónicos más tarde en su vida.
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