Justin Bieber se purifica con cataplasmas

Al igual que Victoria Beckham, Jennifer Aniston y Gwyneth Paltrow, el canadiense es fan de las cataplasmas. Esta práctica, junto con baños de agua helada, forman parte de los métodos que utiliza la Iglesia Hillson para purificar el cuerpo y la mente. Justin se sumó a esta religión en 2014 tras ser bautizado por el pastor Carl Lenz.

La terapia con cataplasmas tiene 5,000 años de antigüedad y ya se practicaba en el Antiguo Egipto y en China. Se aplican para movilizar la sangre y la energía del cuerpo, activar el drenaje linfático y evitar la concentración de fluidos. También se cree que ayudan a liberar el estrés, combatir dolores cervicales, de espalda, del nervio ciático y musculares en general.

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La Sociedad Británica de Cataplasmas asegura que esta terapia ayuda a aliviar ciertos males como anemia, hemofilia, reuma, artritis y problemas de fertilidad. También eczema, acné, hipertensión, migraña, estrés, depresión y ansiedad, entre otros.

En la actualidad, la Universidad de Nuevo México imparte un curso de curanderismo y medicina alternativa mexicana, donde se enseñan los secretos del método. La sanadora Rita Navarrete explica cómo se colocan las cataplasmas y qué dolencias se pueden tratar con ellas.

El procedimiento comienza al colocar un algodón embebido en alcohol y encendido dentro de un vaso o envase de vidrio. Una vez que éste se llena de aire caliente, se aparta el fuego y se aplica sobre la zona muscular a tratar. A medida que se va enfriando ese aire, se crea un vacío que ejerce un efecto de succión, provocando que la piel se levante y se ponga roja por el estímulo de los vasos sanguíneos. Se deja actuar entre 5 y 10 minutos y se retira con un leve tirón.

La aplicación de cataplasmas puede tener efectos secundarios temporales como quemaduras y moretones, tal como le ocurrió a Bieber. Nunca deben ser usadas en embarazadas, mujeres que estén menstruando, personas con cáncer, fracturas, úlceras o várices.

La Sociedad Americana del Cáncer advierte que no son efectivas para curar esta enfermedad, y las considera una práctica sin soporte científico. Y advierte que algunas personas pueden recurrir a ellas en reemplazo de la medicina tradicional, y esta decisión puede poner en riesgo su vida. 

Sin embargo, un estudio de 2012 publicado en el journal Plos One sugiere que las cataplasmas son algo más que un placebo. Investigadores chinos y australianos revisaron 135 estudios sobre el uso de cataplasmas publicados entre 1992 y 2010.

Los expertos concluyeron que en algunas afecciones pueden llegar a ser efectivas cuando se las combina con medicación y otros tratamientos alternativos (como acupuntura). De todos modos, muchos de los estudios analizados no son exhaustivos y es necesario realizar varios más para poder sacar conclusiones.