Uso prolongado de antiácidos, absorción de nutrientes y efectos en la microbiota: nuevas respuestas

El reflujo gastroesofágico (ERGE) representa una enorme carga médica y financiera para los países y sistemas de salud. A nivel global, los casos han aumentado de 441 millones a 784 millones en las últimas tres décadas, generando no solo un increíble gasto en visitas médicas, pruebas de diagnóstico y tratamientos, sino la explosión de un negocio millonario de medicamentos de venta libre para tratar sus síntomas.

Las regiones de América Latina y Centroamérica se encuentran entre las de mayor incidencia de ERGE del mundo, con más casos en mujeres.

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Sin embargo, más allá de su enorme popularidad, nuevos estudios abordan preguntas sobre los medicamentos antiácidos para tratar el síntoma más frecuente del ERGE, la acidez estomacal. Para algunos científicos muchos de estos interrogantes todavía no tienen respuestas claras. Como ejemplo: ¿Qué tan seguros son estos medicamentos? y ¿quién debería usarlos?.

Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) están indicados principalmente para el control de la ERGE, la erradicación de Helicobacter pylori (combinado con antibióticos), la prevención de la hemorragia gastrointestinal inducida por AINE y el tratamiento de la úlcera péptica. Entre los más utilizados están:

  • Omeprazol (Prilosec), de venta libre (sin receta médica)
  • Esomeprazol (Nexium), de venta libre y con receta (dependiendo de la dosis)
  • Lansoprazol (Prevacid), de venta libre y con receta médica (dependiendo de la dosis)

Existe una prescripción excesiva generalizada de IBPs en términos de indicación y duración, aseguran investigaciones. A pesar de un perfil de seguridad favorable a corto plazo, existen asociaciones observacionales de efectos adversos con los IBPs a largo plazo. Estos incluyen:

  • Mala absorción de nutrientes,
  • infecciones entéricas y
  • eventos cardiovasculares

La prevalencia del uso de IBPs hace que su perfil de seguridad a largo plazo sea clínicamente relevante.

La supresión del ácido es la columna vertebral del tratamiento de la acidez estomacal y otros síntomas del reflujo. La Organización Mundial de Gastroenterología desarrolló guías para el tratamiento en conjunto de los síntomas gastrointestinales comunes recomendando antiácidos, alginatos y antagonistas de los receptores H2 de histamina (H2RA) como opciones de tratamiento de venta libre apropiadas para los síntomas poco frecuentes, leves o moderados de acidez estomacal.

Los antiácidos proporcionan un alivio rápido, temporal y a corto plazo, de la acidez estomacal. Pero expertos indican que se utilizan con poco, o ningún, control médico.

Un análisis de la Clínica Cleveland, enfatiza que el primer paso en el tratamiento de los síntomas del ERGE para la mayoría de los pacientes debería centrarse en modificaciones del estilo de vida y no en un enfoque farmacológico. El trabajo apunta aquellos hábitos conductuales que se podrían modificar para prevenir el ERGE:

Dieta. La pérdida de peso puede ayudar a reducir y eliminar los síntomas de ERGE. Un estudio de cohorte prospectivo halló que el 81% de los pacientes con obesidad que completaron un programa estructurado de pérdida de peso tuvieron una reducción de los síntomas de ERGE, y el 65% tuvo una resolución completa de los síntomas. Otro gran estudio retrospectivo, con más de 15.000 pacientes, mostró una asociación entre la reducción en el índice de masa corporal (IMC) y la mejora de los síntomas de ERGE.

Alimentos. Numerosos estudios han tenido como objetivo detectar aquellos alimentos que exacerban los síntomas del reflujo. Históricamente, a los pacientes se les ha aconsejado evitar el chocolate, las bebidas carbonatadas, los alimentos picantes, los alimentos grasos, los cítricos, la menta, el café, el alcohol y comer grandes comidas.

Tabaco. Por supuesto, no fumar, o dejar el cigarrillo, ayuda a reducir los síntomas de ERGE o evitar que se desarrollen. Una investigación reveló que las probabilidades de ERGE entre los fumadores actuales eran un 23% más altas que las de los no fumadores.

Posición al dormir. Estudios han comprobado que ayuda elevar la cabecera de la cama, dormir sobre el lado izquierdo y, en aquellos con síntomas nocturnos de ERGE, evitar las comidas 2 a 3 horas antes de acostarse. Un dispositivo de terapia posicional del sueño ha demostrado reducir los tiempos de exposición al ácido y mejorar los síntomas del reflujo nocturno. Este dispositivo ayuda a que la persona mantenga la posición de prevención correcta durmiendo sobre el costado izquierdo, estrategia que al parecer ha demostrado ser un método eficaz.

Salud mental. Un estudio realizado 9,631 adultos de entre 35 y 65 años comprobó que las personas con diagnóstico de depresión tenían un 46% más de posibilidades de desarrollar ERGE.

Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.