Estrategias no quirúrgicas para tratar la hernia de disco lumbar

La hernia de disco lumbar asociada con radiculopatía, la palabra que describe una variedad de síntomas que se presentan por el pellizco de una raíz nerviosa en la columna vertebral, es la causa más común de dolor de espalda. Estas hernias también son la causa más frecuente de ciática, que afecta a entre el 1% y el 5% de la población mundial anualmente.

Nuevos estudios exploran alternativas no quirúrgicas para tratarlas, en base a análisis que muestran que hasta el 90% de los pacientes no necesitan una cirugía.

El modelo anatómico muestra una hernia de disco. | Foto: GETTY IMAGES

Puntos clave

  • Nuevo estudio explora alternativas en base a análisis que muestran que hasta el 90% de los pacientes con estas hernias no necesitan cirugía.

Siempre que los síntomas experimentados no sean graves ni potencialmente peligrosos, es posible que no se recomiende la cirugía de inmediato, o como primera opción, sino, en cambio, tratamientos conservadores durante varios meses. Si estos tratamientos se realizan de manera responsable y tal cual ha indicado el médico, tal vez no se requiera de cirugía en ningún caso.

Una revisión de 2024 de las opciones no quirúrgicas indica que, conociendo todas las alternativas que potencialmente tiene un paciente, se pueden navegar las complejidades de la hernia de disco lumbar con radiculopatía, adaptando los enfoques de tratamiento conservador a las necesidades individuales de los pacientes.

“Al personalizar los regímenes terapéuticos en función de requisitos únicos, que abarquen la salud general y la gravedad de los síntomas, se espera que los terapeutas ofrezcan un alivio óptimo y una funcionalidad mejorada, evitando a los pacientes la necesidad de una intervención quirúrgica”, dice el trabajo.

Específicamente, los investigadores identificaron las siguientes intervenciones para mostrar evidencia moderada de su aplicabilidad para el tratamiento conservador de la hernia del disco lumbar asociada con radiculopatía (LDHR):

Educación y autocuidado del paciente

La literatura médica informa que los programas y prácticas de educación y autocuidado del paciente ayudan a las personas con enfermedades musculoesqueléticas a vivir una vida mejor al mejorar los resultados de salud y las medidas psicoemocionales y psicosociales.

En estos programas, se empodera al paciente para que realice ejercicios, respete posturas y aprenda a manejar su cuidado. Son las denominadas estrategias de salud conductual, que impulsan una aceptación de la aceptación de la situación médica, y compromiso del paciente con su sanación.

Método McKenzie

El método McKenzie es un tipo específico de fisioterapia enfocada en el tratamiento del dolor de espalda, ciática y dolor radicular y de cuello. Un objetivo principal de la terapia McKenzie es "centralizar" el dolor. La centralización se refiere a un cambio en la ubicación del dolor desde un área periférica, como el brazo o la pierna, a una ubicación más cercana al centro del cuerpo, generalmente en la espalda baja o el cuello.

A través de la centralización, la terapia McKenzie tiene como objetivo aliviar inmediatamente los síntomas más intensos y dolorosos, ya que el dolor nervioso que se irradia hacia el brazo o la pierna suele ser más intenso que el dolor en la espalda baja o el cuello.

Esto se logra mediante movimientos repetidos que implican doblar la columna hacia atrás (extensión) o hacia adelante (flexión). De la misma manera que la estrategia de autocuidado, este método implica una alta responsabilidad por parte del paciente, especialmente para cumplir con la rutina de ejercicios en casa.

Movilización y manipulación

Desde 1998, la Guía para la práctica del fisioterapeuta de los Estados Unidos ha definido la movilización/manipulación como “una técnica de terapia manual compuesta por un continuo de movimientos pasivos especializados que se aplican a diferentes velocidades y amplitudes, incluido un movimiento terapéutico de pequeña amplitud/alta velocidad”.

Las movilizaciones y manipulaciones articulares son sumamente efectivas para mejorar muchos tipos de lumbalgia, dolor de cuello, ciática, dolores de cabeza y una larga lista de otras dolencias en todo el cuerpo. Debe realizarlas un terapeuta especializado y con el paciente relajado. Las guías sugieren realizarlas con una combinación de otras intervenciones conductuales.

Terapia con ejercicios

El ejercicio como enfoque terapéutico implica una actividad repetida y regular en diferentes modalidades para aumentar la resistencia de una persona a la enfermedad y la duración de la recuperación después de dicha enfermedad.

La fisioterapia puede desempeñar un papel importante en la mejora del dolor, la discapacidad, los déficits de movilidad y la respuesta curativa de una hernia de disco. No todas las hernias de disco reducirán su tamaño, pero la fisioterapia puede ayudar a reducir los síntomas experimentados como resultado de la lesión.

Tracción

Hay distintos tipos de técnicas de tracción. La tracción posicional se aplica colocando al paciente en varias posiciones usando almohadas, bloques o sacos de arena para efectuar una tracción longitudinal sobre las estructuras de la columna. Suele incorporar flexión lateral y solo afecta a un lado del segmento espinal.

La tracción mecánica puede aliviar eficazmente el dolor lumbar y de piernas y mejorar el ODI (el Índice de Discapacidad de Oswestry que mide la discapacidad asociada con la espalda baja) en pacientes con hernia de disco lumbar, pero no tiene un efecto significativo sobre el movimiento de la columna. La tracción lumbar se puede utilizar junto con otra fisioterapia tradicional.

Movilización neural

La movilización neural es un enfoque de tratamiento dirigido y no invasivo, y se presenta como una alternativa a la cirugía y los tratamientos convencionales. Implica movilizar un nervio específico utilizando una variedad de técnicas y mecanismos para reducir el dolor, restaurar la función nerviosa normal y mejorar el estado del dolor lumbar.

Investigaciones han demostrado que es una técnica que logra resultados en el corto plazo ya que reposicionan los nervios que se han visto alterados por el dolor lumbar.

Inyecciones epidurales

Una inyección epidural de esteroides (ESI) es la administración de un potente medicamento antiinflamatorio directamente en el espacio exterior del saco de líquido que rodea la médula espinal. Esta área se llama espacio epidural.
Las ESIs no son lo mismo que la anestesia epidural administrada justo antes del parto o de ciertos tipos de cirugía.

Estas inyecciones se recomiendan como una estrategia de entrada, para aliviar el dolor agudo, pero no para administrar de manera constante. Se sugiere seguir con terapias conductuales para el dolor lumbar.

Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.