Alternativa quirúrgica no invasiva para el cáncer de próstata localizado

Estudios revelan una alternativa quirúrgica no invasiva emergente para los pacientes con cáncer de próstata localizado. Se denomina terapia focal, y ataca las células malignas, dejando al tejido sano intacto.

La meta de este procedimiento es extirpar tejido tumoral "clínicamente significativo", es decir un cáncer que eventualmente se propagaría si se dejara sin tratar. 

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Puntos clave

  • La terapia focal ataca las células malignas, dejando al tejido sano intacto.
  • Es una forma de cirugía no invasiva.
  • Puede ser una alternativa para el cáncer de próstata localizado.

Aunque siempre existe un riesgo de recidiva, la terapia focal reduce el riesgo de disfunción eréctil e incontinencia urinaria, que son los potenciales efectos secundarios más frecuentes de la prostatectomía radical, en la cual se extirpa toda la próstata y algo del tejido que la rodea, como los ganglios linfáticos, o las vesículas seminales que ayudan a producir semen. 

Un seguimiento del status de cáncer de próstata localizado de cerca de 1400 hombres, parte de ellos tuvo prostatectomía radical y el otro grupo terapia focal, a 5 años de los procedimientos, mostró resultados de salud similares.

La terapia focal comenzó a utilizarse en 2007, pero sólo como una alternativa a la vigilancia activa en pacientes de muy bajo riesgo. Desde entonces, el uso de la terapia focal se ha ampliado para incluir a aquellos con enfermedad de riesgo intermedio favorable, según lo definen las pautas de la National Comprehensive Cancer Network

Los mejores candidatos tienen una próstata de aproximadamente 40cc de tamaño o un tumor en la mitad inferior de una glándula más grande, un único tumor visible en la resonancia magnética y ausencia de cáncer en otras partes de la glándula (de acuerdo a lo que indiquen las biopsias).

La técnicas para realizar una terapia focal para el cáncer de próstata son:

Crioterapia. Utiliza gas frío que se introduce en la próstata a través de agujas, que congelan y destruyen el tejido canceroso.

Ultrasonido enfocado de alta intensidad (HIFU). Esta técnica utiliza ondas sonoras de alta frecuencia dirigidas al tumor a través de una sonda de ultrasonido insertada en el recto. Estas ondas hacen que el tejido enfermo se caliente y muera.

Terapia fotodinámica. Se utiliza un fármaco fotosensibilizador que se inyecta en el torrente sanguíneo. Este medicamento absorbe los rayos de luz dirigidos al tumor y produce una forma activa de oxígeno que destruye las células cancerosas.

Ablación con láser. Utiliza energía de radiación láser aplicada a un área muy pequeña para quemar el tejido canceroso. La ablación con láser tiene la ventaja de poder realizarse al mismo tiempo que la resonancia magnética (MRI), lo que permite una orientación muy específica y también vistas de los resultados en tiempo real.

En cada caso, el médico considerará la salud general y el estado mental del paciente, el tamaño y la ubicación de los tumores presentes y sus posibilidades de propagarse. El uso de pruebas como resonancia magnética, ecografía y biopsia (muestras de tejido examinadas en el laboratorio) puede ayudar a decidir si un paciente se beneficiará más de la terapia focal o de los tratamientos tradicionales.

Los pacientes tratados con terapia focal aún necesitan un seguimiento activo posterior a la intervención. Esto incluye estar atento a otras enfermedades o monitorear por si el cáncer regresa o aparece otro. Si las pruebas de seguimiento muestran que aún persiste parte del cáncer tratado, es posible que se necesite ablación, cirugía o radiación adicionales.

Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.