Una velocidad mayor o menor del corazón, latidos adicionales o latidos que se saltan, o latidos forzados, irregulares o que bombean, son todas palpitaciones. E incluso si las consideras triviales, deberías informarlas a tu médico.
Cuándo son benignas las palpitaciones
La mayoría de estas variaciones, que también se conocen como arritmias, no ponen en peligro la vida y se resuelven por sí solas. Las más benignas y las más comunes ocurren cuando el corazón se contrae prematuramente. Esto causa una ligera demora en el siguiente latido, que se siente como un "flip-flop", o como un latido saltado. Esta contracción auricular, conocida como PAC, usualmente comienza en la cámara superior derecha del corazón, o aurícula.
Menos común, pero también benigna es la contracción ventricular prematura (PVC), que se origina en una de las cámaras inferiores del corazón. Ambas condiciones pueden ser desencadenadas por el alcohol, la ansiedad, el ejercicio, los medicamentos, el estrés, o por nada que pueda señalarse.
Las PAC que se juntan llevan a un pulso rápido (180 a 240 pulsaciones por minuto, en comparación con las 60 o 100 normales). Denominada taquicardia supraventricular o SVT, puede durar minutos o hasta horas, pero en ausencia de una enfermedad cardíaca, usualmente no causa ningún otro síntoma.
Pero si experimentas un pulso muy rápido, ve al centro médico más cercano; la SVT debe diagnosticarse con un electrocardiograma (un EKG, o una imagen de la actividad eléctrica de tu corazón).
Cuándo pueden ser graves las palpitaciones
Las arritmias más significativas están usualmente acompañadas por síntomas tales como sudoración, mareo, desmayos, o dolor en el pecho o en la mandíbula y pueden deberse a una enfermedad cardíaca. Por ejemplo, la fibrilación auricular (A-fib), en la cual las cámaras superiores del corazón tiemblan en lugar de latir, a menudo causan falta de aliento y algunas veces desmayos. Pueden formarse coágulos sanguíneos en la aurícula y causar un ataque cerebral si viajan hasta el cerebro. De ahí la necesidad de fuertes diluyentes de la sangre si se diagnostica A-fib.
Una arritmia rara, pero potencialmente mucho más devastadora, denominada taquicardia ventricular, puede surgir cuando ocurre una PVC después de otra. Si el problema se detecta en un monitor, los medicamentos correctores pueden salvar vidas. De otra forma, puede ser fatal.
Detecta las palpitaciones cardíacas en el acto
Al tratar de encontrar la causa de las palpitaciones, es importante considerar las condiciones. En un estudio de 190 personas con palpitaciones, menos de la mitad tenía enfermedad cardíaca. Un tercio de los casos restantes se debían a causas psicológicas, tales como la ansiedad. No se encontró ninguna causa en el 16%. El resto de los casos fue desencadenado por una sobreactividad de la tiroides, anemia e ingestión de drogas, incluida la cafeína.
Las palpitaciones que ocurren una o varias veces al día pueden detectarse a menudo mediante un monitor Holter, un dispositivo sostenido con correas que se utiliza por 24 a 48 horas y registra continuamente tus latidos cardíacos.
Para palpitaciones menos frecuentes, una forma económica de detectarlas es utilizar un registrador de eventos cardíacos que puede transmitir registros gráficos de episodios, si ocurren y cuando ocurran, por un periodo más prolongado.
Para detectar una enfermedad cardíaca subyacente, puede ser necesario un electrocardiograma antes e inmediatamente después del ejercicio, o una prueba de esfuerzo nuclear, en la cual se utiliza material inyectado para detectar obstrucciones en las arterias coronarias.
Un último recurso es el estudio de electrofisiología invasiva, en el cual se inserta un catéter desde la ingle hasta el corazón y se utilizan medicamentos para provocar la arritmia y señalar su origen. Una vez identificada, puede eliminarse la fuente del ritmo anormal mediante ondas de sonido de alta frecuencia. Puede implantarse, si es necesario, un marcapasos desfibrilador.