Las hemorroides, (grupos de venas inflamadas dentro o justo afuera del canal anal, que pueden causar molestias junto con sangrado durante las evacuaciones) han sido objeto de bromas durante mucho tiempo, pero a millones de nosotros nos dan pocas razones para reirnos.
Hasta un 75% de los estadounidenses pueden desarrollar hemorroides en algún momento de su vida, por lo general entre los 45 y 65 años de edad. La probabilidad es un poco más alta en las mujeres, en parte debido a que es común que las hemorroides se presenten durante el embarazo.
Los expertos no están seguros sobre qué es lo que realmente desencadena el desarrollo de las hemorroides, aunque tienen que ver la inflamación y la ruptura del tejido en las almohadillas anales (almohadillas de tejido engrosado que protegen el canal anal). Además, el estreñimiento persistente, hacer fuerza al evacuar, sentarse en el excusado por mucho tiempo y una dieta baja en fibra pueden agravar el problema.
Cuidado personal de las hemorroides
Si tienes hemorroides, tu primera medida podría ser usar un producto de venta libre para el alivio de las hemorroides, como por ejemplo, una crema o ungüento que puedes encontrar en los estantes de una farmacia.
Sin embargo, los ensayos clínicos no han demostrado la eficacia de estos productos: no achicarán tus hemorroides, no detendrán el sangrado ni revertirán lo que se conoce como prolapso (cuando las hemorroides sobresalen del ano). De hecho, pueden aumentar la irritación al provocar que tu piel esté más sensible. Por ese motivo, las cremas para hemorroides no se deben usar durante más de una semana.
En su lugar, tal vez quieras probar algunas estrategias de cuidado personal. Un “baño de asiento” de 10 minutos, 2 o 3 veces al día, calmará la irritación y relajará el músculo interno del esfínter. Llena tu bañera con algunas pulgadas de agua tibia o usa un bacín para baños de asiento que puedes encontrar en farmacias y en cadenas de tiendas grandes. También es de ayuda si mantienes las heces suaves para que puedan pasar fácilmente; ya que hacer fuerza para evacuar ejerce presión adicional en las almohadillas anales.
Además, procura mantenerte lo más regular posible: haz ejercicio habitualmente, bebe de 6 a 8 vasos de agua al día y come muchos alimentos ricos en fibra como vegetales, fruta, frijoles y granos integrales.
Agregar un suplemento de fibra que contenga psilio o afrecho no procesado también puede ayudar a mantenerte regular para ir al baño y evitar la reaparición de las hemorroides una vez que estén bajo control. Y no permanezcas sentado durante mucho tiempo en el inodoro, esto puede empeorar las cosas, incluso si no estás pujando para evacuar. Haz tus lecturas en otro lugar.
Cuándo consultar al médico
Si en 2 semanas tus hemorroides no han reaccionado positivamente a las medidas de cuidado personal, visita a tu médico. Tu problema puede ser otra cosa, como por ejemplo, un absceso (pus que se acumula cerca del ano) o una fisura (una rasgadura en el tejido que recubre el ano). Si también estás experimentando sangrado o tienes 50 años de edad o más y nunca te has hecho una colonoscopia, es posible que tu médico te recomiende hacerte una para descartar la posibilidad de que tengas cáncer o enfermedad inflamatoria intestinal.
Es probable que quieras pedir una recomendación con un cirujano colorrectal, con quien podrías discutir se te beneficiaría un procedimiento en el consultorio. Por ejemplo, para las hemorroides internas, tu médico puede usar luz infrarroja para reducir las hemorroides o una ligadura con banda elástica, en la que se coloca una banda elástica alrededor de las hemorroides para que se atrofien y desaparezcan.
Sari Harrar