Furor por muñecas sexuales casi reales

No hablan y carecen de conciencia, pero pueden proporcionar placer sexual a los hombres, son las nuevas muñecas que desarrolló la compañía francesa Dreamdoll, en Duppigheim, cerca de Estrasburgo.

Pesan 88 libras (40 kg), cuestan unos $5,900 dólares y se diseñaron cuatro modelos con distintos colores de ojos y de cabello para que los clientes puedan elegir. Tienen ropa, accesorios, maquillaje, casi casi como una mujer real.

Dreamdoll.com

La empresa produce aproximadamente un centenar al año, pero sus ventas están trepando en forma acelerada, ya que en Europa se está difundiendo cada vez más la información entre los hombres. Están hechas a medida, guardan las proporciones de un cuerpo perfecto y el principal material es el aluminio, pero no se ve.

Aunque con distinto look, las hay con o sin anteojos de sol, rubia de pelo largo o con aspecto más ingenuo, se fabrican a partir de un mismo molde, luego se revisten y se les agregan todos los accesorios, detalles y el maquillaje final.

Todas están dotadas de un realismo extremo, y cuentan con un aparato genital externo que reproduce al de la mujer, ya que están pensadas específicamente para tener relaciones sexuales. 

Estas muñecas no son nuevas. Japón, un gran precursor y fabricante de juguetes sexuales y material de pornografía, las fabrica a gran escala y las vende a todo el mundo. Allí les llaman Datch Waifu y son de látex, vinilo y silicona e híper reales.

En este caso, no hay dos iguales, cada cliente las personaliza (altura, medida de la cintura, senos, color de piel, medida del trasero y expresión del rostro). Y también pueden tener voz y respuestas grabadas ya acordadas para distintas situaciones y si se les desea agregar zapatos caros, pelucas o joyas, se adquieren por separado.