Un grupo de investigadores del hospital St. Michael de la Universidad de Toronto, en Canadá, buscó vincular el bajo peso con la tasa de mortalidad. El equipo de expertos, dirigidos por el doctor Joel Ray, analisó datos de 51 estudios y halló que tanto en adultos como en fetos, tener un peso que esté por debajo del considerado normal aumenta el riesgo de muerte, cualquiera sea la causa.
El IMC es una medida de la grasa corporal basada en el peso y la altura que se aplica tanto a hombres como a mujeres adultas. Se usa para determinar si las personas están por debajo del peso normal, dentro del peso normal o por encima de él, ya sean estas últimas con sobrepeso u obesas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) un IMC inferior a 18.5 indica está por debajo de lo normal. Entre 18.50 y 24.99 es normal; entre 25 y 29.99 se considera sobrepeso y si supera los 30 implica obesidad.
Según surge de los hallazgos del doctor Ray, los adultos con un IMC por debajo de lo normal demostraron tener 1,8 % más de probabilidades de morir (por cualquier causa) que quienes tienen un IMC normal. En las personas obesas con un IMC superior a 30 este riesgo es del 1,2% y en las muy obesas (con un IMC superior a 35), asciende a 1,3%.
El análisis incluyó estudios que fueron monitoreados durante 5 años y se descartaron pacientes de bajo peso que desarrollaron cáncer, fallas cardíacas o enfermedades pulmonares. Luego, se logró determinar que las causas más comunes de un bajo IMC son la desnutrición, el abuso de drogas o alcohol, el tabaquismo, un entorno de bajos ingresos, el descuido personal y una salud mental deficiente.
A raíz del estudio, el doctor Ray comenta que el IMC considera tanto la concentración de masa muscular como la de grasa corporal. Por eso sugiere que si se quiere utilizar un índice para establecer políticas para el cuidado de la salud, tal vez se deba buscar una forma de medición que refleje la concentración grasa con mayor exactitud. Y sugiere que ésta podría ser tomar el diámetro de la cintura.
Según este experto, el temor a la obesidad puede llegar a provocar una epidemia de adultos con bajo peso, por eso es importante buscar una herramienta adecuada para medir el sobrepeso.
