A medida que va creciendo la panza, pareciera que el cuerpo tiene más espacio para esos alimentos que siempre estuvieron prohibidos. Chocolates, helados o postres cremosos aparecen en la heladera con la llegada de la “buena noticia”, pero jamás desaparecen.
Comer de más es uno de los errores más comunes del embarazo. La ansiedad juega un rol fundamental, sin embargo, es uno de los momentos en que más debemos prestar atención a lo que comemos, ya que la fuente principal de nutrición del bebé proviene de lo que come la madre.
Según los expertos de KidsHealth, una embarazada debe consumir 300 calorías adicionales al día, especialmente en la etapa más avanzada del embarazo. Pero no calorías “vacías” sino que provengan de alimentos balanceados y nutritivos, reducidos en grasas, que aseguren el desarrollo del bebé. A su vez, al alimentarse en forma saludable, la mujer previene infecciones y la anemia.
La dulce espera no debe ser tan dulce
Entre los nutrientes necesarios, el Centro Médico de la Universidad de Maryland sugiere incluir:
• Proteínas: que ayudan a que el niño pueda desarrollarse, al igual que la placenta
• Calcio: colabora con el crecimiento del bebé
• Hierro: es fundamental para suministrarle sangre al niño y para evitar que la madre sufra de anemia
• Ácido fólico: reduce las posibilidades de que el bebé nazca con espina bífida, anencefalia, entre otros defectos.
Para saber con más precisión la medida justa de cada grupo alimenticio, los especialistas de la Universidad de Maryland sugieren:
• Pan, cereal, arroz y pastas: 9 a 11 porciones por día
Ten en cuenta que: una rebanada de pan se cuenta como una porción, mientras que en el caso del arroz, una porción es igual a media taza.
• Vegetales: 4 a 5 porciones por día
Ten en cuenta que: los vegetales de hojas verdes, como la escarola, la acelga, la espinaca o el coliflor, tienen más propiedades. Incluye por lo menos dos porciones (o sea, dos tazas) en tu dieta diaria.
• Frutas: 3 a 4 porciones por día
Ten en cuenta que: las frutas frescas y los jugos recién exprimidos poseen mayor valor nutricional que las frutas enlatadas o congeladas. Para calcular la medida de las porciones: una porción equivale a una fruta pequeña, ½ taza de fruta cortada o cocida y a ¾ de taza de jugo de fruta.
• Lácteos: 3 porciones por día
Ten en cuenta que: los lácteos, como la leche, el yogur y el queso, constituyen una de las fuentes más importantes de calcio, proteínas y fósforo. Elige productos lácteos reducidos en grasa. Calcula que una porción equivale a una taza de leche o yogur, 1 y ½ onza de queso natural y a 2 onzas de queso procesado.
• Carne, aves, pescado, granos secos, huevos y nueces: 3 porciones por día
Ten en cuenta que: debes sacarle la grasa a la carne antes de cocinarla, al igual que la piel al pollo o el pavo. Una porción es equivalente a 2-3 onzas de carne, ave o pescado o un huevo.
La llegada de un hijo cambia para siempre la vida de la mujer. No sería mala idea adelantarse unos meses y modificar la dieta, antes de su llegada.