El hombre más obeso del mundo murió este 26 de mayo por complicaciones renales en la ciudad de Monterrey, México. El “Meme”, como se lo conocía familiarmente, tenía 48 años y había sido hospitalizado unas semanas antes, cuando una bacteria afectó sus riñones.
Llegó al Hospital Universitario de Monterrey con ayuda de una grúa y la supervisión de un grupo de paramédicos, y el parte médico indicó que la causa del fallecimiento fue una arritmia cardíaca y una descompensación por pérdida de líquido en las piernas.
Según declaró su madre, Otilia Garza, fue una sorpresa para la familia. Su hijo había logrado bajar de 1,234 a 869 libras (de 560 a 394 kg). “Meme” se hizo famoso en 2007 cuando ingresó al libro de Récords Guiness como el más hombre vivo más gordo del mundo. En aquél momento recibió la ayuda de varios especialistas y pudo bajar más de 440 libras (200 kg), pero aún así estaba condenado a vivir en cama.
El mexicano no podía caminar ya que le habían dañado los conductos linfáticos durante una operación para bajar de peso. Tras la lesión se le habían formado dos grandes tumores en las piernas que le impidieron volver a caminar.
¿Qué es la obesidad mórbida?
La Clínica Mayo informa que esta enfermedad se declara cuando una persona obesa alcanza un índice de masa corporal (IMC) de 40 o más. Este índice se obtiene a partir de la relación entre la altura y el peso, y por encima de 40 ya se lo considera obesidad clase III o mórbida.
Causas
Para la Clínica Mayo las causas suelen ser genéticas, metabólicas, relacionadas con el entorno y los hábitos, o por trastornos alimentarios. Hay otras condiciones médicas que lo pueden provocar como hipotiroidismo y el uso de algunos medicamentos como los esteroides.
Riesgos
Se calcula que 1 de cada 20 estadounidenses sufre de obesidad mórbida, y es la segunda causa principal de muerte. Tiene un riesgo de mortalidad de un 200 % en personas de 16 a 40 años, y resta unos 9 años a la expectativa de vida.
El obeso mórbido tiene más probabilidades de desarrollar enfermedades de vesícula biliar, alta presión, diabetes, infertilidad, problemas de espalda, trastornos de sueño, insuficiencias respitaratorias, gota, ciertos tipos de cáncer y alto colesterol, además de limitaciones físicas y problemas osteoarticulares.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento básico requiere medicación, apoyo psicológico y cambio de hábitos, que incluyen un nuevo tipo de alimentación y actividad física cuando sea posible. Sin embargo, en este tipo de pacientes los resultados no son alentadores, y en la mayoría de los casos se recurre a la cirugía gastrointestinal. La misma puede ser de tres tipos: restrictiva, para reducir el volumen del estómago y limitar la ingesta, inductoras de una mala absorción, para que le cuerpo no pueda procesar la totalidad de los nutrientes, o una combinación de ambos.
La Asociación Americana del Corazón aconseja tomar acción de inmediato y consultar con un especialista en obesidad extrema. Y sugiere:
- Cambiar la dieta con ayuda de un nutricionista.
- Comenzar a hacer actividad física después de haber perdido un 10 % del peso.
- Incorporar medicación extra para ayudar a la pérdida de peso, aunque es costosa y tiene efectos secundarios. Muchas personas con esta condición física también pueden necesitar antidepresivos.
- Cuando ninguno de los pasos anteriores da resultado, se puede recurrir a una cirugía bariátrica o metabólica. Sin embargo, se debe tener en cuenta que implica ciertos riesgos, algunos de ellos el de contraer infecciones y desarrollar coágulos.