Dolorosa pero efectiva, la mesoterapia se convirtió en los últimos años en una de las técnicas preferidas por las modelos y actrices de Hollywood para poder lucir las piernas libres de “pozos”.
Sin embargo, al mismo tiempo que creció la “fama” de esta técnica, comenzaron a aparecer centros de estética que ofrecen este procedimiento, sin el aval médico necesario.
Descubierta en los años ´50 por un médico francés, la mesoterapia consiste en la aplicación de microinyecciones que contienen medicamentos, minerales, aminoácidos o vitaminas. La denominación proviene de “mesodermo”, que es la capa de piel donde se introduce la inyección.
Si bien este procedimiento también se utiliza para tratar diversos problemas de salud, en el último tiempo ha cobrado popularidad por su uso en estética, al aplicarse productos que disuelven la grasa y disminuyen la celulitis.
Lo que importa es lo de adentro
Uno de los conceptos que genera mayor confusión es que la mesoterapia es el nombre del procedimiento; más allá del medicamento que se aplique.
En el caso de la celulitis, se utiliza generalmente una combinación de fosfatidilcolina y ácido desoxicólico, un compuesto que, entre otras funciones, ayuda a disolver los depósitos de grasa.
Por eso, en caso de tomar la decisión, es tan importante concurrir a un médico certificado y recomendado, ya que al aplicarse una combinación de productos, no hay modo de comprobar la autenticidad del medicamento que se aplica. También, es fundamental comprobar que las agujas sean descartables y que los instrumentos estén esterilizados. Otro aspecto al que hay que prestar atención, después de la primera aplicación, son las reacciones alérgicas. Si aparece algún síntoma, es inevitable la suspensión del tratamiento, además de concurrir al médico en forma inmediata a la reacción.
Lo que hay que saber Tanto el fosfatidilcolina como el ácido desoxicólico están aprobados por la FDA; no obstante, no está aprobada la combinación de estos productos.
Sin embargo, la Asociación Americana de Cirujanos Plásticos considera que no es lo mismo combinar drogas que utilizar productos “fuera de la etiqueta” (off-label, en inglés).
Por otra parte, todavía no existe suficiente evidencia científica que demuestre los beneficios de la mesoterapia para la reducción de grasa. Los pocos estudios que se hicieron poseen una validación muy baja.
Igualmente, todavía quedan muchas preguntas por responder como: ¿qué pasa con las células de grasa? ¿Cuánta grasa se puede remover? ¿Cómo afecta al resto del cuerpo?
Son muchos los interrogantes y, hasta el momento, pocas las certezas sobre este tratamiento. Como primero está la salud, quizá sea conveniente esperar a que existan más evidencias. Mientras tanto, con una dieta sana y un plan de ejercicios, seguramente nos veremos mejor.
Fuente: Sociedad Americana de Cirujanos plásticos / www.lipotreatments.org