Según datos de los U.S. Centers for Disease Control and Prevention, cada año entre 1975 y 1996 ocurrió un promedio de cuatro muertes en niños entre cinco y catorce años entre las 4 p.m. y las 10 p.m. el día de Halloween. Por comparación, durante esa misma franja horaria, ocurrió una sola muerte cualquier otro día del año.
Para evitar complicaciones, es importante adelantarse y tener en cuenta algunas recomendaciones para padres e hijos.
- Las máscaras deben tener huecos grandes para los ojos para reducir al mínimo la visión periférica. Los disfraces deben ser lo suficientemente cortos para no tropezarse con ellos al caminar. Los zapatos no deben ser muy grandes ni difíciles de manejar para que los niños puedan caminar bien.
- La mayoría de los disfraces comprados están hechos de materiales ignífugos. Sin embargo, los disfraces hechos en casa no lo son necesariamente, así que hay que tener cuidado especial cerca de calabazas que tengan velas encendidas dentro. Hay que alejarse de los objetos afilados, cualquier espada, tridente, cuchillo o similar debe estar hecho de un material suave.
- Los padres deben revisar las golosinas cuando los niños lleguen de la calle. Los padres cuyos hijos tienen alergias alimentarias deben eliminar las golosinas que puedan causar reacciones alérgicas en los niños. Además, los padres de niños pequeños deben buscar objetos pequeños que puedan causar atragantamiento en caso de ingestión. Además, tenga cuidado con las golosinas hechas en casa. Las golosinas envueltas comercialmente que no muestren señales de alteración son más seguras.
- Dividir las golosinas en paquetes pequeños que se puedan comer durante un periodo de tiempo prolongado evita empacharse y le da a los niños un incentivo para las siguientes semanas.
- Los lentes de contacto decorativos de venta libre que se usan como disfraz de Halloween pueden conducir a problemas oculares graves como inflamación, dolor, abrasiones de la córnea e incluso infecciones que pueden causar ceguera. Para proteger los ojos, los lentes deben ser proporcionados por un profesional de la salud visual.
- Asegurarse de que su hijo se cepille los dientes después de comer golosinas. Es menos probable que las golosinas como la melcocha y los ositos de goma sean disueltas por la saliva. Además, las piruletas grandes y los caramelos duros mantienen el azúcar y los preservantes en la boca de los niños por más tiempo, lo que aumenta el riesgo de caries.
- Si su hijo tiene alergias, distribuir golosinas a prueba de alergias entre sus vecinos con anticipación para que se las den a su hijo cuando vaya a pedir dulces. Haga lo mismo en las fiestas de Halloween de la escuela y empáquele a su hijo alérgico las golosinas.
- El maní, las nueces, los huevos, la leche y la soya son las causas más comunes de alergias alimentarias de los niños. Entre los síntomas alérgicos se encuentran dolor de cabeza, náuseas, estornudos y tos, urticaria, inflamación de los labios, la lengua y la boca, y picazón. Los síntomas más peligrosos podrían ser dificultad para respirar, carraspera o un nudo en la garganta, u hormigueo en las manos, los pies, los labios o el cuero cabelludo. Si su hijo exhibe cualquiera de estos últimos síntomas después de comer, podría estar teniendo una reacción alérgica potencialmente mortal llamada anafilaxis. En ese caso, llamar enseguida al 911.