Como ya sabes, hay grasas buenas y grasas malas. Las primeras son las que protegen a tu organismo de males tan diversos como las afecciones cardíacas o la artritis. Las segundas, por el contrario, obstruyen tus arterias y te vuelven más vulnerable a sufrir accidentes vasculares.
Una de las líderes de las grasas positivas es el ácido graso omega 3. La fuente más popular de esta grasa son los peces, especialmente los de aguas profundas como el salmón y el atún.
Pero hoy en día, la industria alimenticia trasladó el éxito del muy bien publicitado ácido graso omega 3 hacia otros productos. Por eso, en los pasillos de tu supermercado puedes conseguir pan fortificado con omega 3, huevos, cereales, leche, margarina para untar y hasta jugo de naranja al que se le adicionó esta sustancia. Interésate por leer más atentamente las etiquetas en donde se describe el contenido de los productos y te llevarás varias sorpresas.
Las opciones saludables se han multiplicado y son avaladas por la Asociación Americana del Corazón AHA, por sus siglas en inglésquien resume en la siguiente lista las virtudes del ácido graso omega 3:
- Mejora las condiciones ante una enfermedad inflamatoria como la artritis reumatoide.
- Alivia los síntomas de la psoriasis y el asma.
- Baja la presión arterial y los triglicéridos.
- Aumenta el HDL o colesterol bueno.
- Reduce los síntomas de la depresión, así como los del trastorno bipolar y también los de la enfermedad de Alzheimer.
Por eso, la institución recomienda el consumo de las siguientes cantidades de ácido graso omega 3:
- Para personas sin enfermedades cardíacas, al menos dos comidas con pescado magro, como el salmón.
- Para personas con enfermedades cardíacas, un gramo de DHA y EPA dos variantes del ácido graso omega 3 diarios. Puede ser en forma de cápsulas, con indicación médica.
Entre los alimentos que naturalmente poseen ácido graso omega 3, además del pescado, están los frijoles, el broccoli, la canola y ciertos aceites.
Como explica Cathy Lewis, gerenta del área de Noticias de Salud para el Consumidor de la AHA, las opciones saludables se han multiplicado y hay más posibilidades de consumir este fantástico nutriente. “Lo que se intenta es que ya no haya razones vinculadas con los gustos por tal o cual alimento para no consumir esta grasa básica para nuestro organismo”, define Lewis.
Es decir, ya no hay excusas…
Las grasas son sustancias orgánicas compuestas de carbono, hidrógeno y oxígeno, y son la fuente de energía en los alimentos. Junto con las proteínas y los carbohidratos conforman la trilogía de nutrientes que le proporcionan calorías al cuerpo. Pero, a diferencia de sus “colegas”, le entregan el doble de calorías: 9 por cada gramo. Los ácidos grasos esenciales no son elaborados por el organismo por eso deben obtenerse de los alimentos.