Con fuerte incidencia en la población hispana de los Estados Unidos, los diabéticos ahora pueden incluir carbohidratos en su dieta. La única condición es que los alimentos no contengan azúcar refinada.
Durante mucho tiempo, los diabéticos tuvieron que respetar una dieta estricta, que restringía severamente el consumo de alimentos con alto contenido de carbohidratos o azúcares, como el pan, el arroz, las pastas y las raíces. Esto provocó que muchos diabéticos aumentaran su consumo de alimentos de origen animal y ricos en grasas para satisfacer sus necesidades energéticas, a menudo por indicación médica. Como era de esperarse, en lugar de brindar una solución, este tipo de dieta trajo más complicaciones.
En la actualidad, los diabéticos pueden ingerir la misma cantidad de carbohidratos que las personas que no padecen de diabetes, con la única salvedad de que los diabéticos deben prestar especial atención al consumo de azúcares refinados. Esto no es tan difícil, ya que existe una enorme variedad de alimentos alternativos disponibles actualmente en el mercado.
Al adoptar una dieta equilibrada, se puede disminuir el riesgo de complicaciones derivadas de los niveles inestables de azúcar en la sangre.
Además, la actividad física disciplinada juega un papel fundamental en ayudar a las células del cuerpo a procesar el azúcar más eficientemente, atacando así el problema básico de la diabetes. Tan cierto es esto que no es raro observar cómo un buen régimen de ejercicios hace posible disminuir las dosis de insulina en los pacientes con diabetes tipo 1 o reducir la cantidad de medicamentos en las personas con diabetes tipo 2.
Cambios en la alimentación y el ejercicio constituyen unos de los mayores aportes para mejorar la calidad de vida de quienes se ven afectados por una de las enfermedades crónicas de mayor prevalencia en nuestros tiempos.
Alta incidencia en los hispanos
La diabetes es uno de los problemas de salud que más afecta a la población hispana de los Estados Unidos y de varios países de Latinoamérica.
Esta enfermedad es una condición médica en la que el cuerpo no produce o no utiliza adecuadamente la insulina. Hay dos tipos: diabetes tipo 1 y tipo 2. Las personas con diabetes tipo 1 necesitan inyecciones de insulina. Las personas con diabetes tipo 2 toman medicamentos de uso oral para controlar los niveles de azúcar en la sangre. En ambos casos, los elementos centrales de todo tratamiento son una alimentación adecuada y un plan disciplinado de ejercicios.