Una vida saludable conduce a un corazón saludable. Y quitarle unas libras a tu cuerpo, también es aliviar al corazón.
Por eso, el comité de Nutrición de la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) elaboró, hace ya más de una década, una guía para adultos saludable que determina que determinó que la pérdida de peso para la salud cardiovascular es una de las máximas prioridades de la asociación.
La AHA cuestiona desde entonces los programas “comerciales” de pérdida de peso para los cuales “hay una falta de información sobre su eficiencia”, y contraataca con recomendaciones para la alimentación diaria. Algunas de ellas son:
- No se deben consumir más de 5 a 8 tazas de té de grasas y aceites por día., incluyendo las grasas que se utilizan para cocinar u hornear y en los aderezos de ensaladas.
- Comer 6 onzas o menos de carne magra, pescado y aves sin piel.
- Ingerir no más de 4 yemas de huevo por semana.
- Consumir de 2 a 4 porciones de leche descremada o productos lácteos por día.
- Comer de cinco porciones de vegetales y frutas por día.
- Y seis o más porciones de pan, cereal, arroz, pasta y otros granos por día.
El programa “Vive saludable, vive más” del National Cholesterol Education Program del Instituto Nacional de Corazón, Pulmón y Sangre, explica que las afecciones que pueden llevar a tener problemas con el corazón son el colesterol alto, la adicción al cigarrillo, la diabetes y la obesidad. En todas ellas de una forma u otra se ven afectadas las arterias, cuyo daño es una vía regia al trastorno cardíaco.
Y en tres de ellas –colesterol, diabetes y sobrepeso– son en parte prevenibles con “dietas bajas en grasas”, enfatiza el programa, que ofrece en su sitio web un cálculo de la cantidad de calorías y grasas diarias que se deben consumir de acuerdo al peso, la altura, la edad y la actividad física.
El colesterol ha estado durante julio de 2008 en el ojo de la tormenta para la comunidad científica a partir de una nueva recomendación de la Academia Americana de Pediatras, quien sugirió tratamiento farmacológico en niños a partir de los 8 años con colesterol alto. Muchos reaccionaron diciendo que hay que apuntar primero a la prevención primaria, es decir, educar a los padres para que no expongan a sus hijos a dietas altas en calorías que pongan en riesgo su salud precozmente.
Fuentes: Asociación Americana del Corazón; National Cholesterol Education Program; American Academy of Pediatrics.