Los niños obesos tienen papilas gustativas menos sensibles que los niños de peso normal, según un estudio reciente. Esta capacidad disminuida de distinguir entre cinco tipos de sabor (amargo, dulce, salado, agrio y umami) podría llevarles a comer cantidades más grandes de comida para obtener la misma sensación gustativa que los niños de peso normal, sugirieron investigadores alemanes.
El estudio, que aparece en la edición en línea del 20 de septiembre de la revista Archivos de Enfermedades en la Niñez, incluyó a 99 niños obesos y a 94 niños de peso normal de 6 a 18 años. Todos tenían una buena salud y no tomaban fármacos que afectaran el gusto o el olfato. La sensibilidad gustativa de los niños se evaluó aplicando 22 tiras de sabor a la lengua. Las tiras incluían los cinco tipos de sabor en cuatro niveles de intensidad, más dos tiras sin sabor.
Puntos clave
En general, los niños pudieron identificar mejor los sabores dulces y salados. Les fue más difícil distinguir entre salado y agrio, y entre salado y umami. Las chicas y los niños mayores identificaron mejor los sabores.
Los niños obesos tenían significativamente más dificultad en identificar los distintos sabores y la intensidad de los sabores que los niños de peso normal, apuntó en un comunicado de prensa de la revista la Dra. Susanna Wiegand, del departamento de endocrinología y diabetología pediátricas de la Universidad de Medicina Charite, en Berlín.
Se cree que los genes, las hormonas y la exposición a distintos sabores a principios de la vida tienen que ver con las diferencias de las personas respecto a las percepciones de los sabores. Investigadores anteriores sugieren que las personas con una mayor sensibilidad al sabor podrían comer menos comida porque no necesitan tanta para obtener la misma sensación gustativa.
Aunque el estudio encontró una asociación entre la obesidad y una disminución de la sensibilidad de las papilas gustativas, no demostró causalidad.