El pescado más rico en sabor y salud es aquel que está acabadito de salir del agua.
Su gusto y sus nutrientes son tan buenos que ni tan siquiera hay que elaborar complicadas recetas o aderezos para disfrutarlo.
Sólo basta su rica sazón de sal y mar, unas gotas de limón o un poco de especias para aprovechar al máximo las vitaminas, minerales y proteínas que los pescados y los mariscos aportan a la salud.
Sin embargo, para aprovechar aún más sus valores alimentarios, hay que aprender a comerlos.
Cómo cocinarlos
A pesar de que hay innumerables formas conocidas de cocinar el pescado, la población hispana por lo general recurre a freírlo, lo cual le añade más grasa y, en consecuencia, más calorías.
No obstante, los pescados y los mariscos se pueden preparar de mil y una formas deliciosas sin necesidad de freírlos. “Éstos se pueden preparar al horno, a la plancha o asados”, destacó el doctor Eleazar Lara-Pantin, médico especialista en nutrición de MiDieta ™. Además, se pueden hervir, preparar en estofados o en guisos saludables. De igual forma, los pescados y los mariscos son un complemento ideal para comer en forma de ensaladas y para agregarlos en las recetas de pastas y verduras.
En muchas recetas tradicionales latinoamericanas y europeas, el pescado y los mariscos son los principales protagonistas y sorprenden con numerosas y sabrosas alternativas de cocción. Muchas de estas recetas, como el ceviche, las ensaladas de mariscos y el fricasé de pescado, entre otras, combinan la sazón con la buena alimentación.
Si continuamos de gira por el mundo culinario, podemos llegar hasta la cocina del místico Japón. En este país el pescado se consume muchísimo y su forma de preparación es muy artística y particular, como en el caso del sushi, manjar confeccionado en unidades individuales de arroz macerado en vinagre, algas y pescado crudo. Además de sus atractivos diseños y colores, este plato es rico en yodo y proteínas, tiene poca grasa y la cantidad necesaria de hidratos de carbono. Las algas, por su parte, también son ricas en proteínas.
Cómo escoger un buen producto del mar
Antes de deslumbrarte por la variedad de opciones de pescados y mariscos en el supermercado, recuerda que estos productos son muy delicados y se descomponen muy rápido.
Hay que aguzarse y utilizar hasta los cinco sentidos para escoger un pescado fresco y de excelente calidad. Si el pescado está en vías de descomposición o ya está descompuesto, puede intoxicar o enfermar a quien lo consuma.
Si tienes el pescado entero, lo primero que tienes que hacer es examinar los ojos y las agallas del pescado. Los ojos deben ser claros y brillantes. Si están opacos, significa que el pescado está viejo y que lleva mucho tiempo fuera del agua. Las agallas, por su parte, deben tener un color rojo brillante, no pálido. En ocasiones, si el pescado no está fresco, en los supermercados o pescaderías tienden a quitarles la cabeza para que los compradores no puedan examinar esa área.
Otra técnica para identificar la frescura del pescado es presionar con la yema del dedo su lomo. La huella del dedo debe desaparecer de la carne al instante o en pocos segundos si éste es fresco, de lo contrario, significa que está viejo. Además, el olfato es un buen indicador de la calidad del pescado. Si éste emite un olor fuerte y desagradable denota que no está bueno.
En cuanto a los camarones, éstos deben tener un color brillante, un olor placentero y estar en su forma natural, no despedazados o machacados. En muchos lugares, si éstos no se venden rápido, se cocinan para que se tornen rojos y las personas no distingan su grado de frescura. De hecho, es mejor comprar los camarones en su concha, ya que si se cocinan con ésta, se preserva más su sabor.
Si encuentras que los camarones no tienen una longitud uniforme, usualmente significa que fueron capturados en la pesca. Normalmente los camarones cultivados son de tamaño mediano y uniforme. Estos últimos, por lo general, son de buena calidad, ya que tanto los peces como los mariscos cultivados se cosechan en fincas y se procesan rápido para su comercialización.
Además de saber seleccionar un pescado o un marisco en excelentes condiciones, puedes aprovechar y escoger aquellos más económicos. Entre éstos, tienes la opción de comprar los pescados secos o salados. También puedes buscar los pescados menos conocidos, ya que pueden ser más económicos. Los pescados y los mariscos enlatados y congelados son, a su vez, una buena opción. No obstante, debes seleccionar los enlatados en agua, ya que tienen menos calorías.
Ojo avizor
En fin, compra los pescados y los mariscos sólo en lugares confiables y, una vez en casa, ten mucho cuidado con la manipulación de éstos y su almacenamiento. Si no los vas a consumir de inmediato, debes congelarlos enseguida para evitar complicaciones bacterianas.
Ten presente que tanto los mariscos como los pescados congelados se deben comer dentro de un tiempo razonable, ya que luego de seis meses su calidad disminuye. Además, entre más tiempo permanezcan congelados, son mayores las posibilidades de que pierdan su sabor, textura y humedad.
*Del equipo editorial de MiDieta™
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