“No te retrotraen a la niñez, sino que despiertan tu instinto animal”, aclara Jason Darling, dueño de la compañía Lollyphile y creador del Breast Milk Lollipop, en Austin, Texas. La idea surgió mientras buscaba algún sabor “loco o raro” para un nuevo producto.
La marca no está dirigida al público infantil, ya que ofrece sabores como bourbon, amaretto y ajenjo. De todos modos, hay opciones para todos los gustos, como por ejemplo el de tocino con miel de Maple, o el de "sriracha", una salsa picante muy popular en Tailandia.
La idea del sabor a leche materna surgió cuando comprobó que los hijos de sus amigos se calmaban con un par de gotitas del fluido. “Si logra calmar a un niño que llora, debe tener un gusto agradable”, reflexionó el empresario.
Darling aclara que la golosina no se elabora con leche materna real ya que necesitaría utilizar mucha cantidad, y el proceso de elaboración podría arruinar esta materia prima. Pero cuenta con la colaboración de un equipo de científicos expertos en sabores, que incluyeron saborizantes naturales y artificiales hasta lograr el gusto deseado. Según explica el empresario, estos especialistas pueden conseguir que una golosina tenga cualquier sabor, ¡incluso el de la mejor hamburguesa del mundo!
La idea de utilizar la leche materna en productos para adultos no es nueva. En 2012, Matt O’Connor, fundador de la heladería inglesa “The Icecreamists”, comenzó a elaborar el “Baby Gaga”, helado que se prepara con esta leche, saborizada con vainilla de Madagascar y ralladura de limón.
A pocos días de su lanzamiento, el gobierno de Gran Bretaña clausuró el comercio tras recibir quejas de varios ciudadanos, preocupados por las medidas de salubridad inherentes al expendio de alimentos elaborados con fluidos corporales.
O’Connor se defendió, aduciendo que estos helados son elaborados de manera totalmente natural, y que cumplen con todas las reglamentaciones sanitarias de Inglaterra. Además, “no hay leyes que prohíban establecer un negocio que venda helados de leche materna”, agregó.
Para tranquilizar a sus clientes, explicó que la recepción de la leche materna cumple con requisitos similares a los exigidos a los donantes de sangre, y luego es pasteurizada y saborizada. Al comenzar, el controvertido emprendedor de Londres contaba con 15 donantes, a las que pagó 24 libras (27 dólares) por cada 10 onzas de su leche materna.