“Lleve dos y pague uno” suena como una oportunidad imposible de desechar. Pero si se trata de sodas, dulces o alimentos que atentan contra una dieta sana, es mejor resistirse y dejarla pasar. Un estudio reciente sugiere que este tipo de ofertas terminan alojadas en la cintura, con un beneficio para el bolsillo… pero también con un perjuicio para la salud.
El estudio fue realizado en abril de 2013 por la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en San Francisco, donde se evaluaron 1,056 cupones ofrecidos en línea por seis importantes cadenas de supermercados.
Puntos clave
- El 25 % de los cupones de descuento ofrece papas fritas, galletas y postres
- El 12 % de la oferta comprende bebidas azucaradas
- Solo el 3% ofrece descuentos en frutas y verduras
De la investigación surge que de las ofertas, el 25 % correspondía a alimentos procesados como papas fritas, galletas y postres. El 14 % ofrecía cenas congeladas y otras comidas preparadas; el 12 % incluía bebidas y jugos (la mitad con azúcar); el 11 % ciento promovía la venta de cereales; el 10 % de condimentos como aderezo para ensalada y mayonesa y el 8 % de ellos aplicaba descuentos en carnes procesadas, como perritos calientes y tocineta.
En contraste, apenas el 3 % de los cupones incluían descuentos para la compra de frutas y verduras frescas, congeladas y enlatadas, mientras que el 4 % reducían el precio de la leche, los huevos o el yogurt. Solo un 1 % reducía el precio de carnes sin procesar.
En síntesis, la mayoría de los cupones se aplican sobre alimentos altos en calorías como galletas saladas, papas fritas, postres y bebidas azucaradas. Son pocos los mercados que incluyen en sus ofertas carnes magras, lácteos bajos en grasa o frutas y verduras frescas, según señalaron los investigadores.
"Sabemos a partir de otros estudios que cuando se reducen los precios de los alimentos, la gente los compra en mayor cantidad", apuntó la Dra. Hilary Seligman, profesora de la universidad y una de las autoras del estudio.
Marion Nestle, profesora de nutrición de la Universidad de Nueva York, se sorprendió de que hubiera algunos cupones para comidas saludables. Según explica, los consumidores deben recordar que las tiendas usan los cupones para atraer clientes, por eso ofrecen alimentos procesados porque son los artículos más rentables y además pactan con los fabricantes para promover sus productos.
"El fin de los cupones es vender más, no la salud", advirtió Nestle, quien no participó en la nueva investigación.