Madre hay una sola, dice el refrán. Sin embargo, formas de alimentar a un bebé hay dos. Amamantarlo o darle leche de fórmula. Así de simple. Por lo menos hasta los cuatro o seis meses, que empiezan a alimentarse con comida sólida.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que las madres amamanten a sus hijos durante los primeros seis meses debido a que la leche humana posee todas las proteínas, azúcar y grasas que el bebé necesita para estar sano, a la vez que contiene anticuerpos, factores inmunizantes, encimas y glóbulos blancos que protegen al bebé de una gran cantidad de enfermedades e infecciones.
También, los alergistas lo recomiendan en el caso de antecedentes familiares de alergia, a fin de disminuir el riesgo de sufrir de alergias alimentarias y de eccema.
Esto sin mencionar los beneficios que trae a nivel emocional y psicológico, tanto para la madre como para el bebé.
Luego, si la madre puede, la AAP recomienda continuar amamantándolo hasta que cumpla un año o un poco más, aún cuando el bebé empiece a comer alimentos sólidos.
Si bien la leche materna contiene todos los nutrientes necesarios, algunos pediatras suelen indicar un suplemento de vitamina D, que ayuda a absorber el calcio y el fósforo. “La leche materna no provee de vitamina D, que es esencial para que el bebé desarrolle huesos sólidos. Una carencia de esta vitamina puede causar raquitismo, o huesos blandos y débiles”, explica el Dr. Jay Hoecker, de la Clínica Mayo.
La fórmula que funciona
A pesar de estas ventajas, no todas las madres pueden cumplir con lo que recomiendan los pediatras, debido a que, después de cierto tiempo, deben volver a trabajar. Hay madres que logran organizarse para extraerse leche antes de irse, envasarla y guardarla en el refrigerador; pero cuando se cuenta con poco tiempo o, también, poca leche, esta opción no es posible.
De todos modos, la leche de fórmula contiene, en la mayoría de los casos, agregados de carbohidratos, aceite vegetal, vitaminas y minerales, que aseguran el normal crecimiento del bebé.
En el mercado, se pueden encontrar tres tipos de leche de fórmula, que vienen para mezclar con agua o listas para usar. La última es la más cara:
• Leche de vaca: La mayoría de las leches de fórmula están preparadas con leche de vaca, a la que se le agregan algunos nutrientes. Según la AAP, la leche fortificada con hierro es la más apropiada desde el nacimiento hasta los 12 meses, para los niños que no son amamantados o para los que toman leche materna en forma parcial.
• Leche de soja: Recomendada para los bebés que son intolerantes o alérgicos a la leche de vaca o a la lactosa.
• Leche hidrolizada: Para chicos con antecedentes familiares de alergia a la leche o la soja.
Durante los primeros meses, la leche es el único alimento del bebé. Por eso, es tan importante tomar la decisión más apropiada para tu hijo, para que crezca fuerte y sano.
Fuente: Academia Americana de Pediatría y Clínica Mayo.