Hay dos tipos de vitaminas: las naturales, que son las que se ingieren directamente a través de los alimentos o son desarrolladas a partir de éstos, y las sintéticas, que son las que se desarrollan íntegramente en laboratorio. Ambas pueden consumirse también en forma de píldoras. Pero, ¿cuál elegir?
Samuel Rehnborg, ex presidente del laboratorio Nutrilite, considera que la mejor dieta siempre es la natural, basada en un alto consumo de vegetales y frutas. Sin embargo, las sociedades modernas -especialmente las occidentales- están lejos de tomar de la naturaleza todo lo necesario para una alimentación saludable, aunque las dietas para adelgazar promuevan el consumo de productos de las granjas y las huertas. Las vitaminas sintéticas han llegado para zanjar ese desequilibrio alimentario.
Según Rehnborg, la diferencia clave entre los suplementos sintéticos y las sustancias naturales es que los primeros incluyen usualmente un único componente aislado. En cambio, un suplemento basado en plantas tiene todos los componentes que se encuentran en los alimentos, con sus pro y sus contra.
María Martínez, de la facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, explica que, cuando la vitamina es extraída de un alimento, puede haber otros componentes que potencien o que inhiban la acción biológica del compuesto activo que se está considerando. Pero en las sintéticas, se tiene la certeza de que el componente en cuestión está aislado. “Desde el punto de vista biológico, se sabe que las sintéticas funcionan, la prueba es que reparan las deficiencias orgánicas”.
De todas formas, los expertos definen al suplemento sintético como un medicamento ya que pasa por un procedimiento de laboratorio.
Además, al ingerir alimentos, la persona tiene un límite natural que es la saciedad y el organismo en algún momento dice basta. En cambio, con las pastillas, esta alerta del cuerpo no existe. “Por eso hay que informarse bien antes de consumirlos”, explica Martínez.
Las vitaminas son sustancias orgánicas imprescindibles en los procesos metabólicos que tienen lugar en la nutrición de los seres vivos. No aportan energía, puesto que no se utilizan como combustible, pero sin ellas el organismo no es capaz de aprovechar los elementos constructivos y energéticos suministrados por la alimentación. Normalmente se utilizan en el interior de las células como precursoras de las coenzimas, a partir de los cuales se elaboran los miles de enzimas que regulan las reacciones químicas de las células.
Deben ser aportadas a través de la alimentación, puesto que el cuerpo humano no puede sintetizarlas. Una excepción es la vitamina D, que se puede formar en la piel con la exposición al sol, y las vitaminas K, B 1, B 12y el ácido fólico, que se forman en pequeñas cantidades en la flora intestinal.
La mejor forma de decidir es consultando con tu médico de cabecera que te realizará exámenes para observar si tienes alguna deficiencia vitamínica específica. Y de acuerdo a tu edad, tu dieta y tus necesidades, te ayudará a tomar otra decisión saludable.