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La pizza que adelgaza

Económicas, sabrosas, rápidas. La popular pizza es una comida a la que es difícil decir adiós para siempre cuando comienzas una dieta. Pero no te desesperes, tienes muchas opciones para seguir disfrutándola, sin agregar calorías a tu rutina.

El contenido nutricional de la  pizzaobviamente varía de acuerdo a sus ingredientes. Las más recomendadas en el marco de una dieta son las caseras, ya que así tú puedes controlar la cantidad y calidad de los ingredientes que utilices.

La pizza que adelgaza

Los mismos productos de una pizza tradicional pueden transformarse en más saludables si se usan variedades bajas en grasas. Por ejemplo, puedes elegir en vez de un calórico pedazo de mozzarella otro bajo en calorías, también jamón magro o fiambres de pavo o pollo que tienen menos grasa y menos sal. Otra opción para condimentar tu pizza casera puede ser el atún al natural, conservado en agua, tomate triturado y diversas verduras y hortalizas como tomate, cebolla, pimientos, champiñones o alcachofas.

La masa de esta pizza contiene básicamente hidratos de carbono complejos, como el pan, el arroz, las pastas o las legumbres. Si le agregas ingredientes de origen animal tendrás tu cuota de proteínas y los vegetales te aportarán fibras y minerales.

Otro consejo esencial es hacer una “pizza grill”, es decir a la parrilla y no al horno, para lograr lo que en las grandes pizzerías se denomina “thin crust”, una versión superdelgada y, por supuesto, menos “engordante”.

Ahora bien, si no tienes tiempo para hacer esta versión casera y debes recurrir a una cadena, recuerda que la primera regla de oro es que te decidas por una que sólo contenga un ingrediente. Los siguientes pasos a seguir para no arrepentirse toda la semana de la noche de “pizza libre” son:

  • Elige la más delgada, tipo “thin crust”. Con un solo topping.
  • No te tientes por las ofertas de “dos por una” o “te damos una mediana gratis si compras una grande”. Decídete siempre por una pizza mediana. Lamentablemente no hay masas delgadas para las individuales.
  • Separa tus dos porciones y reparte el resto. Evita por todos los medios que quede alguna porción en tu  refrigerador.
  • No caigas en la trampa de permitirte otros “excesos” porque estás comiendo pizza: bebe sodas dietéticas y de postre, nada de helados o tortas, recuerda las frutas que compraste el día anterior.

De hecho, respetando los puntos anteriores, comerás la pizza como la comían los antiguos en Italia y Grecia: en forma de pan horneado sólo cubierto con  tomate. Los españoles introdujeron el tomate en Italia al volver de México y Perú en el siglo XVI, convirtiéndolo en el ingrediente esencial de esta comida.

La palabra pizza deriva de una palabra latina, “picea”,  que utilizaban los romanos para describir la consistencia que lograba el pan delgado al ser horneado. Y justamente en Italia, en Nápoles, fue que la pizza moderna tomó forma y se transformó en un alimento popular.

Un inmigrante napolitano llamado Gennaro Lombardi abrió la primera pizzería en Estados Unidos en 1895, en la ciudad de Nueva York.

Con la historia en la mano y los mejores consejos, verás como puedes seguir adelante con tu dieta. Anímate. Y si sientes que te falta ese empujoncito... no dudes en recurrir a los  expertos que están aquí para ayudarte.

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