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La fruta, más que un postre

La reconocida pirámide nutricional -promovida por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y que destaca los valores de cada grupo de alimentos- da a las frutas un espacio preponderante. Y la razón es que estos productos coloridos y naturales poseen la mayoría de las vitaminas y los nutrientes básicos que un organismo necesita.

Bananas, uvas, fresas, naranjas y kiwis son los guerreros de una tropa nutricional con la que debemos contar. Para fomentar su consumo, la Organización Mundial de la Salud lanzó durante su 57o Asamblea Mundial de la Salud de 2004 la Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud, con el fin de promover una vida más sana, lo que incluye, claro, el consumo de frutas.

En el documento presentado en esa ocasión, y avalado en reuniones regionales en los años subsiguientes, se destaca que “se debe incrementar el consumo de frutas y verduras, así como de frutos secos” con el fin de lograr una nutrición balanceada.

En la reunión de 2006, realizada en Tucumán, Argentina, se enfatizó en la necesidad de “ consumir unos 400 gramos de frutas y hortalizas cada día como ayuda inestimable para prevenir enfermedades crónicas, incluyendo las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes tipo 2 y la obesidad”.

Uno de los mensajes de la campaña contra la obesidad de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que tiene como vocero desde hace cuatro años al conductor de televisión Don Francisco, apunta justamente a un mayor consumo de frutas.

Pero los datos de la OMS, sin embargo, van más allá de los aportes nutricionales y enfocan la necesidad de consumir frutas desde la salud pública. Para el organismo internacional, “el déficit en la alimentación de frutas y verduras provoca cada año 2,7 millones de muertes y se encuentra entre los 10 factores de riesgo que contribuyen a la mortalidad”. El punto crítico es que, aunque para muchos son alimentos que están presentes en la dieta cotidiana, una gran parte de la población mundial no los consume.

La ciencia avala con estudios la necesidad del consumo diario de frutas y también de verduras. Un estudio publicado en febrero de 2008 en la European Journal of Clinical Nutrition, realizado por investigadores del Instituto del Cáncer de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, analizó el consumo de frutas y verduras y el índice de masa corporal (IMC) en dos grupos poblacionales de Estados Unidos y de Francia. Para ello se tomaron encuestas a 2.126 mujeres y 1.911 hombres de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Estados Unidos y a 1.572 y 1.141 de la Encuesta Barómetro de Nutrición de Francia.

El análisis reveló que los estadounidenses consumen menos frutas y vegetales que los franceses. Y que el consumo estaba asociado a otros factores como la edad y la educación. Los europeos mostraron en promedio un IMC más bajo que los estadounidenses (23,24 vs 28,22 en mujeres y 25,20 vs 28,02 en hombres).

En la guía que el Departamento de Agricultura ofrece tanto en Internet como en folletos explicativos, se recomienda “seleccionar frutas con mayor contenido de potasio, generalmente bananas, ciruelas y jugo de ciruelas, damascos, duraznos secos, cantalupo, melón rocío de miel y jugo de naranja”.

Y la entidad propone incorporar a las frutas no sólo en forma de postres sino darles un lugar primordial en todas las comidas. La guía sugiere, por ejemplo, agregar frutas en las ensaladas (ejemplo, la ensalada Waldorf con manzanas, apio y nueces); utilizar piña cuando se preparen brochettes para asar a la parrilla y cocinar carnes rojas y de cerdo con naranjas y piñas, como formas originales de darle nutrientes y buen color a todas las comidas.

Fuentes: Departamento de Agricultura de Estados Unidos, European Journal of Clinical Nutrition, Organización Mundial de la Salud, Organización Panamericana de la Salud.