Las autoridades de salud de EE.UU. anunciaron un plan para eliminar gradualmente las grasas trans de los alimentos procesados y de la comida de los restaurantes. Según la doctora Margaret Hamburg, de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), la medida podría evitar 20,000 ataques cardiacos y 7,000 muertes al año.
Para la FDA, los aceites parcialmente hidrogenados, una importante fuente artificial de grasa trans, no serán reconocidos como “seguros” para el uso en alimentos, y la medida sería un importante paso para eliminar las grasas trans de los alimentos procesados.
Puntos clave
- El consumo de grasas trans aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas
- Entre 2003 y 2012 se ha reducido el consumo de 4,6 a 1 gramo al día
- La industria las utiliza para dar mejor sabor y textura a los alimientos
En los últimos 10 años, ya muchas compañías de alimentos y restaurantes han dejado de usarlas. Con esto se ha reducido la ingesta entre los estadounidenses, que bajó de 4.6 gramos al día en 2003 a cerca de 1 gramo al día en 2012, según estadísticas de la FDA.
Las grasas trans se encuentran en algunas galletas, productos horneados, pizzas y palomitas de maíz de microondas, glaseados instantáneos y otra gran cantidad de alimentos cotidianos, que llegan al consumidor etiquetados como “aceites parcialmente hidrogenados”.
En la industria de la alimentación se los usó para aumentar la duración de los productos en las góndolas de los supermercados y para mejorar el sabor y la textura de los prioductos. Y según la Asociación Americana del Corazón, para los restaurantes de comida rápida son ventajosos porque se pueden usar repetidamente en las freidoras sin tener que reemplazarlas.
"Cuando las grasas trans se usan en lugar de los aceites naturales, aumentan el colesterol LDL (malo) y reducen el colesterol HDL (bueno)", explica Gregg Fonarow, vocero de la Asociación Americana del Corazón. Ensayos clínicos de dietas que contienen grasas trans han mostrado que aumenta el riesgo de ataque cardiaco y una muerte cardiovascular prematura.
Según declara la dietista de la Clínica Cleveland, Kristin Kirkpatrick, los fabricantes de alimentos adoptaron inicialmente aceites vegetales parcialmente hidrogenados como sustituto de la mantequilla, debido a las preocupaciones para la salud que provocaban las grasas saturadas en la mantequilla. Éstas permiten lograr una galleta salada crujiente y con sabor a mantequilla… sin que haya mantequilla.
Afortunadamente, reflexiona Kirkpatrick, la industria alimentaria ha progresado hasta el punto en que las grasas trans pueden ser reemplazadas con opciones más sanas, sin ningún efecto sobre el sabor o la textura de los alimentos.