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El ejercicio como arma contra la depresión

Para tratar la depresión, los médicos tienen a su alcance herramientas como la medicación, el tratamiento psicológico y algunos métodos alternativos. Dentro de estos últimos se encuentra la actividad física, y un grupo de expertos quiso demostrar su efectividad. Para ello recabaron información entre varios estudios específicos realizados a pacientes con depresión, a los que se los sometió a pruebas de ejercicio físico. 

La doctora Gillian E. Mead, de la Royal Infirmary de Edimburgo, en Escocia, explica que se buscó demostrar que el ejercicio tiene un efecto moderado en el tratamiento de pacientes con depresión. Sin embargo, aclaró que los resultados no serían promisorios en todos los casos, ya que aún no se sabe con precisión qué tipo de ejercicio es conveniente, ni con qué frecuencia o intensidad. 

El ejercicio como arma contra la depresión
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Puntos clave

  • Para tratar la depresión se prescribe terapia psicológica o medicación
  • El ejercicio puede ser una alternativa viable
  • No tiene efectos inesperados y su eficacia está probada

Al revisar distintos estudios específicos, se comparó la evolución de diversos de pacientes según hubieran recibido terapia psicológica, farmacológica o mediante la actividad física. Y en muchos casos no hubo diferencias significativas entre los grupos de personas analizados. 

¿Por qué entonces se podría indicar el ejercicio para tratar la depresión? Según explica Simon Rego, psicólogo y director de entrenamiento psicológico en el Centro Medico Montefiore, de la Escuela de Medicina Albert Einstein, de Nueva York, tanto el tratamiento psicológico como el farmacológico tienen algunas desventajas, por eso el ejercicio interviene como otra alternativa viable y sin efectos adversos. 

En la terapia con antidepresivos, es necesario tomarlos durante un tiempo para empezar a notar su efecto. Además, algunos pacientes sufren efectos colaterales como dependencia, por eso muchos prefieren un tratamiento alternativo. 

En cuanto a la terapia psicológica, si bien no tienen efectos adversos, se requiere contar con un profesional con experiencia y un paciente motivado, que participe y colabore con el tratamiento. En algunos casos, éste tiene que superar el estigma que le produce tener que depender o acudir a un terapeuta psicológico. 

La idea del ejercicio como cura contra la depresión se evalúa hace años, tanto que las guías inglesas del Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica lo recomiendan, e indican ejercicios programados tres veces por semana, entre 45 y 60 minutos. 

En base a los hallazgos, Mead y sus colegas recomiendan buscar un plan de ejercicios que ofrezca los mejores beneficios clínicos. De todos modos, siempre hace falta cautela con este tipo de pacientes, donde es crucial un buen diagnóstico y un mejor tratamiento. 

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