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El alcohol era el enemigo secreto de James Bond

El mítico James Bond recomendaba al barman que preparara su vodka-martini “agitado, no revuelto”. A raíz de esta particular preferencia, un grupo de científicos se puso a investigar la conducta alcohólica del super agente… y parece ser que dejaba mucho que desear, ya que bebía mucho más de lo recomendable. 

Los resultados fueron publicados en un artículo de la edición de navidad del British Medical Journal. Tres investigadores usaron como fuente 12 de las 14 novelas de Ian Fleming, el escritor que dio vida al agente inglés. 

El alcohol era el enemigo secreto de James Bond

Puntos clave

  • James Bond consumía cuatro veces más alcohol que lo aconsejado
  • El abuso de alcohol puede causar cirrosis, depresión y disfunciones sexuales
  • También muerte prematura, como le ocurrió al creador del personaje

Analizaron minuciosamente las actividades de Bond y las bebidas que le gustaban, y sacaron las recetas de Wikipedia, para tener un cómputo de los ingredientes que usaba en sus cocteles preferidos. Según consta en las novelas, el agente bebió durante 123,5 días, a razón 521,6 gramos de alcohol por semana, o 74,5 gramos al día, de lunes a lunes. 

Pero ¿esto es mucho o poco? El Servicio Nacional de Salud Británico recomienda que los hombres no se excedan de 21 gramos semanales de alcohol, y que se deje descansar al organismo sin beber alcohol dos días a la semana. El exceso puede causar cirrosis, stroke, depresión, disfunción sexual y una expectativa de vida de 59 años. Cabe destacar que Fleming, gran bebedor y fumador, murió a los 56. 

El agente Bond era ducho con las armas y con las mujeres pero no con los consejos y el cuidado de su salud. Está claro que su trabajo era muy estresante y que necesitaba alguna especie de “descarga”. 

Pero a juzgar por la cantidad de vodka-martinis, los científicos el BMJ parecen haber descubierto por qué Bond pedía que el barman le agitara su copa: difícilmente hubiera logrado hacerlo por sí mismo. El riesgo era grande: volcarlo encima de su impecable smoking, a causa del temblor inducido por el alcohol, habitualmente diagnosticado en quienes beben en forma descontrolada. 

Los superagentes también tienen debilidades. Las de Bond parecen ser las chicas bonitas, y las copas con una aceituna en su interior.  

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