Las madres que amamantan tienen menos probabilidades de restringir la ingesta alimentaria de sus hijos a medida que éstos crecen, según una nueva investigación.
Una explicación posible es que las madres que amamantan podrían estar más conscientes de las necesidades nutricionales de sus niños. Esto podría hacerlas menos propensas a alimentar al bebé en exceso, lo que prevendría el inicio del aumento de peso y la subsiguiente decisión de limitar las calorías, dijeron los investigadores.
El estudio, que aparece en la edición de noviembre de Pediatrics, encontró que las probabilidades de que una madre que amamantó restrinja los alimentos a su bebé de 1 año de edad fueron 73 por ciento menores que las de las madres que alimentaron a sus bebés con preparado.
El estudio también encontró que entre más tiempo amamantó una madre a su niño, más altas eran las probabilidades de que no restringiera la comida.
"Puede que exista más comunicación entre una madre que amamanta y su bebé que entre una madre que alimente con biberón y su bebé", afirmó el coautor del estudio, el Dr. Matthew Gillman, profesor asociado de atención ambulatoria y prevención en la Facultad de Medicina de Harvard y en el Harvard Pilgrim Health Care de Boston.
"Cuando un bebé amamantado se siente satisfecho, se retira del seno. El bebé regula la ingesta. En la alimentación con el biberón, la madre o el padre podrían ver que quedan 4 onzas de preparado y animar al bebé a terminar, sin tener en cuenta el apetito del bebé", explicó.
Según la última investigación, varios estudios han relacionado amamantar con una tasa más baja de obesidad infantil. Dado el dramático aumento en las tasas de obesidad infantil, Gillman declaró que él y sus colegas querían averiguar qué hacía que alimentar con el seno protegiera contra la obesidad.
Para responder a esta pregunta, los investigadores estudiaron a casi 1,200 parejas de madres y bebés que ya estaban involucradas en un estudio a largo plazo llamado Project Viva. Recolectaron información sobre si los bebés fueron alimentados con biberón o amamantados y si habían sido alimentados con el seno, por cuánto tiempo.
Los investigadores también preguntaron si las madres restringían los alimentos o presionaban a sus bebés para que comieran cuando tenían 1 año de edad. La restricción se midió con una pregunta: "¿debo tener cuidado de no alimentar demasiado a mi niño?" y se preguntaba a las madres si estaban de acuerdo o no. También hubo cinco preguntas diseñadas para ver si las madres presionaban a sus niños a comer.
La edad promedio de las madres encuestadas fue de 32 y el 76 por ciento era de raza blanca. Seis meses luego del parto, el 41 por ciento de las mujeres había retirado el seno a sus bebés, mientras que el 24 por ciento los alimentaba exclusivamente amamantándolos. El veinticinco por ciento de las mujeres alimentaba a sus bebés con preparado y amamantándolos. El diez por ciento los alimentaba exclusivamente con preparado.
El trece por ciento de todas las madres estuvo de acuerdo o muy de acuerdo con la pregunta sobre la restricción. Las preguntas sobre la presión para comer se calificaron en una escala de 0 a 20 y el puntaje promedio fue 5.3.
Por cada mes de exclusivo amamantamiento, hubo un 11 por ciento menos de probabilidades de que la madre restringiera la ingesta alimentaria de su niño de 1 año de edad. Las madres que amamantaron exclusivamente durante seis meses eran las que menos restringían de todas. Las probabilidades de que una madre que alimentaba con el seno restringiera el alimento de su niño fueron 73 por ciento menores en comparación con una madre que alimentaba con biberón.
El Dr. Adam Aponte, presidente de pediatría y atención ambulatoria del Hospital North General de la ciudad de Nueva York afirmó que las madres que amamantan podrían estas más conscientes de los asuntos relacionados con la atención sanitaria.
"Las mujeres que amamantan están usualmente más motivadas y frecuentemente son mejores consumidoras de la atención sanitaria en general", señaló Aponte.
Sin embargo, apuntó Gillman, cuando se trata de las actitudes de los patrones de alimentación de los niños y de la obesidad infantil, las madres que dan el seno y las que dan biberón son muy similares.
"Este es un estudio interesante", declaró Aponte, "y plantea muchas interrogantes".
Gillman señaló que una implicación de este estudio es que los practicantes de atención sanitaria podrían enseñar a los padres que alimentan con biberón a reconocer las señales de que sus bebés están llenos y permitir que los bebés se regulen más a sí mismos.
Tanto Gillman como Aponte reconocieron que las actitudes paternas son sólo un factor de la obesidad infantil. Aponte dijo que otros factores importantes son dar jugo a los bebés, añadir sólidos como los cereales a los biberones del bebé y las actitudes culturales sobre que un bebé gordo es un bebé saludable.
Más información
Para saber más sobre amamantar, visite el National Women's Health Information Center.
Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare
FUENTES: Matthew Gillman, M.D., associate professor, ambulatory care and prevention, Harvard Medical School and Harvard Pilgrim Health Care, Boston; Adam Aponte, M.D., medical director, North General Diagnostic and Treatment Center, and chairman, pediatrics and ambulatory care, North General Hospital, New York City; November 2004 Pediatrics
Última actualización: Nov-01-2004
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