Según una investigación reciente, no todos los productos de grano integral son sanos, y entre ellos, hay algunos más sanos que otros. La autora del estudio, Rebecca Mozaffarian, del Centro de Investigación sobre la Prevención, de la Universidad de Harvard, revela que hay mucha confusión al momento de hallar los alimentos de grano integral más saludables.
Según la experta, la confusión se debe a que hay por lo menos cinco directrices distintas de la industria y del gobierno que definen un producto como de grano integral. Los distintos estándares son creados por la industria, el gobierno y la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association).
Puntos clave
El equipo de Mozaffarian observó más de 500 productos disponibles en un supermercado, que incluían panes, bagels (panecillos), cereales, galletas, barritas de granola, chips (refrigerios) y otros alimentos. Tomaron en cuenta no solo el contenido de grano integral, sino el total de calorías, las grasas trans (si las contenían), los azúcares y el sodio.
La investigación buscaba poder identificar los productos de granos enteros más saludables. "Lo menos útil fue el sello de grano integral", apuntó Mozaffarian. Éste se da a los productos que contienen al menos 8 gramos de granos integrales por porción. El sello fue creado por el Consejo de Granos Integrales (Whole Grains Council), un grupo sin fines de lucro y las compañías pagan una cuota anual para pertenecer al consejo, y usan el sello en los alimentos que cumplen con el estándar.
Los investigadores hallaron que los productos que tenían el sello de grano integral eran más ricos en el total de calorías y azúcares, en general, que algunos otros productos. En respuesta, el consejo dijo en su sitio web que el sello cumple con su propósito, que es identificar los productos que contienen una cantidad significativa de granos integrales.
El equipo de la Harvard sí halló que los productos que cumplían con otro estándar, la proporción de 10:1 de la Asociación Americana del Corazón, tendían a ser más saludables en general. Ese estándar dice que la proporción entre carbohidratos y fibra debe de ser inferior a 10 a 1. Es probable que esos artículos contengan menos azúcar, sal y grasas trans que otros productos. Por ejemplo, una rebanada de pan con 20 gramos de carbohidratos y 2 o más gramos de fibra cumpliría con la proporción de 10:1.
Los productos que mencionaban granos integrales como el primer ingrediente en la etiqueta sin azúcares añadidos fueron juzgados como casi tan saludables que los que cumplían con la proporción 10:1 en términos de los demás ingredientes, añadieron los investigadores. Ese estándar es sugerido por el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA). En medio estaban otros dos estándares, los productos con los granos integrales mencionados como primer ingrediente (USDA, FDA), y los productos con la palabra "integral" antes de cualquier grano en cualquier lugar de la lista (de las Directrices dietéticas para los estadounidenses de 2010 del USDA).
Los investigadores del estudio esperan que sus conclusiones resulten útiles para los legisladores, si deciden discutir la estandarización de las etiquetas de grano integral.