Los mariscos son muy saludables, pero también pueden ser muy peligrosos. ¡Aprende a comerlos sin riesgos!
Los mariscos conforman un grupo de alimentos provenientes del mar que son muy saludables porque son altos en proteína de buena calidad y tienen bajo contenido de grasa. Algunos de ellos contienen ácidos grasos omega 3. Los mariscos nos proveen vitaminas y minerales que normalmente no encontramos fácilmente en otros alimentos. Algunos ejemplos son yodo, vitaminas del complejo B, calcio y zinc. Sin embargo, los mariscos también pueden ser causantes de muchas alergias e intoxicaciones. Aquí te enseñamos cómo seleccionar, preparar y cocinar los mejores mariscos para que tú y tu familia gocen de estos exquisitos alimentos de forma segura.
Seleccionando los mariscos:
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Las almejas, ostras y mejillones que tengan las cáscaras rotas o rajadas no deberían ser tu opción. Asegúrate de que las conchas estén limpias y enteras.
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Si estás comprando los mariscos vivos almejas, ostras y mejillones, puedes darle un golpecito al cascarón. Si el marisco se cierra con el golpecito, puedes comprarlo. Evita llevarte aquellos mariscos que, estando vivos, no se cierren cuando los golpees suavemente.
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Los crustáceos cangrejos y langostas son sumamente perecederos se arruinan rápidamente. Cómpralos vivos y cerciórate de que sus patas se muevan.
Almacenando los mariscos:
Los mariscos saben mucho mejor cuando están frescos. Sin embargo, si deseas almacenarlos, ten en cuenta que son alimentos muy perecederos; cúbrelos con hielo o refrigéralos por no más de 2 días.
Si vas a comerlos después de 2 días, envuélvelos muy bien y guárdalos en el congelador. Cuando los vayas a utilizar, colócalos en el refrigerador una noche antes de comerlos para descongelarlos. Nunca dejes los mariscos descongelando por más de dos horas fuera del refrigerador, pues las bacterias que causan intoxicaciones crecen rápidamente en ellos.
Puedes comprar los mariscos congelados. Para asegurarte de que sean adecuados para consumirlos, debes comprar aquellos que vienen en bolsas sin partículas de hielo pegadas en el interior. Si encuentras hielo en el interior de la bolsa, es posible que el marisco lleve mucho tiempo de estar congelado o fue descongelado y vuelto a congelar.
Preparando los mariscos:
Los mariscos pueden traer muchas bacterias, por lo que debes prepararlos separados de todos los demás alimentos para evitar que se contaminen.
Cocinando los mariscos:
La mejor manera de eliminar las bacterias peligrosas de los mariscos es cocinándolos a una temperatura adecuada y por un tiempo apropiado. Para saber cuándo los mariscos están correctamente cocidos puedes observarlos:
- Los cascarones de los camarones y de las langostas se tornan rosados y opacos.
- Las ostras, almejas y mejillones están cocidos cuando los cascarones se abren; desecha aquellos que no lo hagan
Ahora podrás saborear los beneficios de los mariscos, comiéndolos con seguridad.
Literatura revisada:
United States. US Food and Drug Administration. (2006) “Fresh and Frozen Seafood. Selecting and Serving it Safely”; revisado en agosto, 2008 desde: http://www.cfsan.fda.gov/~acrobat/seafsafe.pdf