Cada noche puede convertirse en una pesadilla si se intenta dormir junto a una persona con apnea de sueño. Y en lugar de descansar hay que recurrir a codazos, sacudones y protestas para ver si, finalmente, nuestro compañero de cuarto logra dejar de roncar.
Los casos de apnea de sueño crecen día a día y se atribuye al aumento de las tasas de obesidad. Las personas obesas o con sobrepeso la sufren por la gran concentración de grasa en la zona del cuello que dificulta un normal flujo de aire. La buena noticia es que se puede mejorar y hasta eliminar mediante varios procedimientos.
Puntos clave
- La apnea de sueño es habitual en personas obesas o con sobrepeso
- Se puede mejorar haciendo dieta
- Hay dispositivos mecánicos para atenuarla
El Colegio Americano de Médicos aconseja, antes que nada, bajar de peso como primera estrategia de “ataque”.
Si hiciera falta algún tratamiento alternativo, se recomienda el uso de CPAP - por la sigla en inglés que significa "presión positiva continua en la vía aérea” - o una prótesis de avance mandibular. La misma modifica la posición de la mandíbula durante el sueño para aumentar el paso del aire y reducir la obstrucción de las vías respiratorias.
Los Institutos Nacionales de la Salud explican que el tratamiento con CPAP distribuye aire presurizado durante el ciclo respiratorio. Esto mantiene la tráquea abierta durante el sueño y previene los episodios de obstrucción de la respiración. Consiste en una máquina de unas 5 libras de peso (2.2 kg) y una máscara conectada con un tubo al dispositivo, que se coloca sobre la nariz. Un médico, enfermera o terapeuta ayudarán a cada paciente a ajustar las configuraciones en la máquina.
Otra solución viable para la apnea de sueño es la cirugía, pero aun no hay suficiente evidencia para asegurar que los beneficios justifiquen los riesgos, por eso las guías de los Anales de Medicina no la aconsejan como tratamiento inicial. También se han probado terapias con una amplia gama de medicamentos, sin evidencia suficiente como para aconsejar su uso.
Ante este panorama, el consejo del Colegio Americano de Médicos para dejar de roncar parece ser el más sencillo y efectivo. Así se evita dormir con aparatos o prótesis, tomar medicamentos, pasar por una cirugía... o tener que pelear con toda la familia, acusado por ruidos molestos.