Investigadores afirman que el hallazgo podría allanar el camino para medicamentos nuevos y más seguros para la pérdida de peso.
Una investigación con ratones ha identificado cómo actúan los medicamentos para dietas como el Fen-Phen para activar la sustancia química cerebral serotonina,que controla el apetito.
El hallazgo podría llevar a nuevos medicamentos que no tienen los peligrosos efectos secundarios cardiacos relacionados con Fen-Phen, que llevaron a que fuera prohibido en 1997, después de haber sido usado durante casi una década, afirmaron los investigadores.
"Deseábamos evaluar las vías y moléculas que participan en las propiedades anoréxicas de medicamentos como Fen-Phen", señaló el Dr. Joel Elmquist, investigador principal, profesor de medicina interna del Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern en Dallas y director del Centro de Investigación del Hipotálamo.
Elmquist anotó que lo que era significativo acerca del Fen-Phen es que sí suprimía el apetito y resultaba en pérdida de peso. "Pero el mecanismo y las vías cerebrales responsables por esas acciones eran mayormente desconocidas", apuntó.
En su estudio, Elmquist y sus colegas evaluaron los efectos de varios medicamentos que alteran los niveles de serotonina en los cerebros de ratones. Encontraron que la serotonina activa algunas neuronas y los receptores de melanocortina 4 o RMC4, para controlar el apetito, al mismo tiempo que bloquea otras neuronas que normalmente actúan para aumentar el apetito. El informe aparece en la edición del 20 de julio de Neuron.
"Estos son más datos que sugieren que la vía de la melanocortina es una vía clave en el cerebro que afecta la ingesta de alimentos, el peso corporal y la glucosa", afirmó Elmquist. "Nuestros datos sugieren que la serotonina tiene que ver con esta vía". Este efecto dual ayuda a explicar por qué tales medicamentos causan pérdida de peso. Los hallazgos también refuerzan el papel de la serotonina, que regula las emociones, el estado de ánimo y el sueño, sobre afectar el sistema de melanocortina del cerebro, una vía clave que controla el peso, explicó.
Aprendiendo cómo funcionan estos medicamentos, se podría potencialmente dirigir a tales vías y evitar los efectos secundarios nocivos relacionados con un medicamento como Fen-Phen, al mismo tiempo que se controla la sensación de hambre, dijo Elmquist.
"La meta de los laboratorios farmacéuticos es identificar las neuronas que son clave para el control del peso corporal y, dentro de esas neuronas, las vías de señalización claves", agregó Elmquist. "Si nos podemos dirigir a ellas, tendríamos un tratamiento más efectivo y seguro", apuntó.
Un experto concuerda en que podría ser posible desarrollar medicamentos de dieta nuevos, seguros y efectivos, pero para usarse sólo como un puente a cambios en el estilo de vida.
"Este hallazgo realmente nos muestra que podemos enfocar nuestros esfuerzos sobre nuevos agentes terapéuticos que se dirijan al receptor que han identificado como clave en la regulación de la ingesta alimentaria", declaró Phillip Smith, director de la División de Diabetes, Endocrinología y Enfermedades Metabólicas del National Institute of Diabetes, Digestive and Kidney Diseases.
Smith opina que estos nuevos medicamentos podrían dirigirse a los centros del cerebro que afectan la conducta. "La clave es lo que motiva conductas como comer en exceso y fumar", aseguró. "Los medicamentos que se dirigen a las vías encontradas en este estudio probablemente se dirijan a las vías de motivación que están involucradas con la serotonina".
Pero los medicamentos por sí solos no son la respuesta a la creciente epidemia de obesidad, señaló Smith. "La única esperanza es que en realidad modifiquemos el estilo de vida",aseveró.
"La pregunta es si podemos encontrar medicamentos que nos ayuden a hacer eso. No un medicamento que se tomaría durante toda la vida. Pero al igual que un parche de nicotina, podemos imaginar uno que ayude con la parte más difícil de perder peso para que uno pueda cambiar en realidad su estilo de vida sin luchar constantemente contra el deseo de comer", añadió Smith. "Lo que realmente afectaría la epidemia de obesidad sería un cambio en el estilo de vida".