Una nueva tendencia, que tal vez complementa las miradas tradicionales, propone agregar la palabra “intuición” a la lista de términos positivos para alcanzar una vida saludable. La propuesta sugiere "librarse de la tiranía de las dietas y escuchar al propio cuerpo". Así lo explican en su libro "El comer intuitivo, un revolucionario programa que funciona” las terapistas nutricionales Evelyn Tribole y Elyse Resch. En su sitio web, Tribole define su filosofía de trabajo diciendo que “ayuda a las personas a desarrollar una relación sana con la comida, con su mente y con su cuerpo a través de la alimentación intuitiva”.
Dos son los principios pilares de la alimentación intuitiva: dejar de comer motivados por factores sociales o psicológicos como la ansiedad extrema, el estrés o las presiones externas. Y “honrar al hambre”, esto es: comer cuando el cuerpo lo pide, escuchar las señales del organismo, no excederlas y comprender que la sensación de saciedad es tal vez la señal que nos dice “basta de comer”. La consecuencia directa de llevar adelante estas conductas es, según las autoras, volver a sentir el placer de comer.
En el plano del ejercicio físico, actividad aliada de cualquier plan saludable, la teoría de la “alimentación intuitiva” considera que la gimnasia, cualquiera sea, debe realizarse para sentirse mejor y no exclusivamente para “quemar calorías”.
Para sumarse a tendencia, sin embargo, también aclaran que es bueno aceptar la “impronta de los genes” y reconocer que, por ejemplo, como indica uno de sus principios: “una persona que calza 8 nunca podrá encajar su pie en un zapato número 6. Lo mismo ocurre con el cuerpo”. Entonces, el mensaje es “respetar al propio cuerpo”.
Como soporte científico de esta teoría, se destacan los trabajos como el de Tracy Mann, psicóloga social e investigadora en la Universidad de California en Los Ángeles, quien estudia los procesos que llevan a las personas a tener éxito o a fracasar en los procesos de cambios de hábitos vinculados a la salud. "Estudio factores como el optimismo o la falta de motivación y los factores sociales/de situación que predicen los cambios de hábitos en salud. Estoy particularmente entusiasmada con estudiar estas cuestiones en las áreas de alimentación y dieta”.
Mann, junto con un grupo de investigadores, realizó un trabajo analizando estudios sobre dietas desde la década de los 70 hasta la década de los 90 y la eficacia de éstas en la pérdida sostenida de peso. El equipo llegó a la conclusión de que uno a dos tercios de las personas que habían perdido peso bajo un régimen alimentario especial lo recuperaban, y hasta superaban el peso inicial, luego de cuatro años. Además, el equipo consideró que no había información consistente que demostrara que las dietas para perder peso tuvieran un impacto relevante en mejoras para la salud.
Fuentes: “Intuitive Eating: A Revolutionary Program That Works”, Intuitive Eating official web site, UCLA.