Para un cerebro sano, grosellas negras

La investigación publicada en Journal of Functional Foods, refiere que las bondades terapéuticas de las grosellas negras podrían ser en un futuro, una opción en el tratamiento del deterioro mental asociado con el envejecimiento de la población, o ayudar a las personas con enfermedad de Parkinson y depresión.

De acuerdo con los autores del trabajo, la riqueza de antocianinas, los pigmentos que le dan el color oscuro a la baya y que tienen una potente actividad antioxidante, serían lo que permite mejorar el estado de alerta, reducir la fatiga mental y una mayor precisión mientras se está bajo un estrés mental importante.

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Dicha conclusión se desprende de un ensayo en el que participaron 36 adultos sanos de edades comprendidas entre los 18 y 35 años, quienes consumieron 250 mililitros de jugo de grosella negra o un placebo antes de la realización de una serie de exigentes evaluaciones de desempeño mental. El estudio reveló que aquellos que bebieron el jugo de la fruto trabajaron con mayor precisión sin disminuir la velocidad, y se sentía más alerta y con menos fatiga mental después de la prueba.

“Hemos encontrado que, en comparación al placebo, tomar un extracto enriquecido de grosella negra antes de realizar pruebas mentales estresantes ayudó a los participantes del ensayo a mantener la precisión, y que su fatiga mental se redujo significativamente”, destacó el Dr. Arjan Scheepens, autor principal del trabajo.

Además, los análisis de sangre de los participantes mostraron una disminución significativa en la actividad de la monoamino oxidasa (MAO), una enzima del cerebro que se encarga en descomponer la serotonina, la norepinefrina y la dopamina, neurotransmisores asociados con las emociones y el humor, después de consumir el jugo, lo que mostraría su potencial como alimento funcional para favorecer la salud del cerebro.

“Nuestro próximo paso es identificar exactamente qué compuestos están creando este efecto y utilizar este conocimiento para desarrollar nuevos alimentos o ingredientes que ofrezcan un rendimiento óptimo”, añadió Scheepens.

El arbusto de grosella negra es autóctono de Europa y partes de Asia, y es particularmente popular en Europa Oriental y Rusia. Natural Standard, empresa de investigación internacional sobre medicina alternativa, refiere que los herboristas tradicionales atribuyen a la grosella negra propiedades diuréticas (aumenta el flujo de orina), diaforéticas (promueve la transpiración) y antipiréticas (reduce la fiebre). En Europa, se ha utilizado de manera tópica (aplicado en la piel) para tratar trastornos cutáneos, tales como dermatitis atópica, y para hacer gárgaras para tratar el dolor de garganta. El jugo de grosella negra se hierve hasta obtener un extracto azucarado que se usa para tratar la inflamación de garganta, resfríos, gripe y fiebre.

El contenido de vitamina C de la grosella negra se estima que es cinco veces más que el de las naranjas (2,000 miligramos/kilogramo), por lo que tendría posibles beneficios dietarios. La grosella negra también es rica en rutina y otros flavonoides, que se conocen como antioxidantes. Debido a que la grosella negra tiene un alto contenido de ácidos grasos esenciales, los investigadores creen que puede ser efectiva en el tratamiento de afecciones inflamatorias y control del dolor, como así también en la regulación del sistema circulatorio y el aumento de la inmunidad.