Definición
Es un bloqueo parcial o completo en el conducto que transporta las lágrimas desde la superficie del ojo hasta la nariz.
Nombres alternativos
Conducto nasolagrimal obstruido; Dacriostenosis; Obstrucción del conducto nasolagrimal
Causas
Constantemente se están produciendo lágrimas para ayudar a proteger la superficie del ojo. Éstas drenan hacia una abertura pequeña (punto lacrimal) en la esquina del ojo, cerca de la nariz. Esta abertura es la entrada al conducto nasolagrimal. Si este conducto se bloquea, las lágrimas se acumularán y se derramarán por las mejillas. Esto ocurre incluso cuando usted no esté llorando.
En los niños, es posible que este conducto no esté completamente desarrollado al nacer. Puede estar cerrado o cubierto por una delgada película, lo que causa un bloqueo parcial.
En los adultos, el conducto puede resultar dañado por una infección, una lesión o un tumor.
Síntomas
El síntoma principal es el (epífora) que provoca que se derrame sobre la cara o las mejillas. En los bebés, este lagrimeo se vuelve notorio durante las primeras dos a tres semanas después del nacimiento.
Algunas veces, puede parecer que las lágrimas son más espesas y se pueden secar y formar costra.
Si hay pus en los ojos o los párpados se pegan, su bebé puede tener una infección ocular llamada .
Pruebas y exámenes
La mayoría de las veces el médico no necesitará hacer exámenes.
Los exámenes que se pueden hacer abarcan:
- Examen oftalmológico.
- Tinción especial del ojo () para observar cómo drenan las lágrimas.
- Estudios radiográficos para examinar el conducto lagrimal (rara vez se hacen).
Tratamiento
Limpie cuidadosamente los párpados con un pedazo de tela húmedo y caliente si las lágrimas se acumulan y dejan costras.
Para los bebés, puede tratar de masajear suavemente el área de dos a tres veces al día. Usando un dedo limpio, frote el área desde la esquina interior del ojo hacia la nariz. Esto puede ayudar a abrir el conducto lagrimal.
La mayoría de las veces, el conducto lagrimal se abrirá por sí solo cuando el bebé tenga 1 año de edad. Si esto no sucede, puede ser necesario sondearla. Este procedimiento casi siempre se realiza con anestesia general, así que el niño estará dormido y sin dolor. Casi siempre es efectivo.
En los adultos, se debe tratar la causa de la obstrucción, con lo cual se puede reabrir el conducto si no hay mucho daño. Es posible que necesite cirugía con el uso de pequeños tubos (stents) para abrir el conducto con el fin de restablecer el drenaje normal de lágrimas.
Expectativas (pronóstico)
En los bebés, la obstrucción del conducto lagrimal casi siempre desaparecerá por sí sola antes de que el niño cumpla un año. De no ser así, el desenlace clínico probablemente aun sea bueno si se realiza el sondeo.
El pronóstico para la obstrucción del conducto lagrimal en adultos varía según la causa y el tiempo transcurrido desde que se produjo la obstrucción.
Posibles complicaciones
La obstrucción del conducto lagrimal puede conducir a una infección (dacriocistitis) en parte del conducto nasolagrimal llamado saco lagrimal. Generalmente hay una protuberancia en el lado de la nariz al lado de la esquina del ojo. El tratamiento para esto a menudo requiere antibióticos orales. A veces, es necesario vaciar el saco quirúrgicamente.
La obstrucción del conducto lagrimal también puede aumentar la probabilidad de otras infecciones, como la conjuntivitis.
Cuándo contactar a un profesional médico
Consulte con el médico si presenta derrame de lágrimas sobre las mejillas. El tratamiento temprano es más eficaz. En el caso de un tumor, puede salvar la vida.
Prevención
Muchos casos no se pueden prevenir. El tratamiento adecuado de las infecciones nasales y de la conjuntivitis puede reducir el riesgo de sufrir una obstrucción del conducto lagrimal. Asimismo, el uso de gafas protectoras puede ayudar a prevenir una obstrucción causada por una lesión.
Referencias
Dolman PJ, Hurwitz JJ. Disorders of the lacrimal system. In: Fay A, Dolman PJ, eds. Diseases and Disorders of the Orbit and Ocular Adnexa. Philadelphia, PA: Elsevier; 2017:chap 30.
Olitsky SE, Marsh JD. Disorders of the lacrimal system. In: Kliegman RM, St. Geme JW, Blum NJ, Shah SS, Tasker RC, Wilson KM, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 21st ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 643.
Salmon JF. Lacrimal drainage system. In: Salmon JF, ed. Kanski's Clinical Ophthalmology. 9th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 3.