Es una tarde cálida en Miami y Emanuel Vega (foto arriba con su médico), de 35 años, está en Baptist Health Primary Care para su exámen físico. El Dr. Mark Caruso le da la mano con una sonrisa de bienvenida.
Vega —un hombre fornido con una espesa barba negra—se siente bien, pero vino a ver al doctor porque su esposa creyó que debía visitarlo, de hecho ella misma hizo la cita. El examen es gratis bajo su seguro médico, sin copago, desde que se comenzó a promover un cuidado más preventivo bajo la Ley de Cuidado de Salud (ACA, por sus siglas en inglés)
Vega es uno de los 44 millones de americanos que participan de un ritual médico: visitar al doctor para un examen físico anual. Pero hay poca evidencia de que estas visitas en realidad sean buenas para los adultos sanos.
Caruso escucha el corazón y los pulmones de Vega, chequea el pulso en sus tobillos y palpa alrededor de los nódulos linfáticos. También le pregunta su rutina de ejercicios y cuánto duerme. Cuando termina el chequeo, Caruso le dice a Vega que vuelva en un año, para el próximo examen. Vega dice que lo hará.
Fue una positiva experiencia médico-paciente, y no es la única: 92 por ciento de los americanos dicen que es importante hacerse el chequeo de rutina anual, de pies a cabeza, de acuerdo con una encuesta de la Kaiser Family Foundation (Kaiser Health News es un programa independiente de la fundación). Y el 62% de los encuestados dijeron que van al doctor cada año para sus exámenes.
Pero la evidencia no está de su lado. “Yo diría que hay que avanzar en la eliminación del examen físico anual”, dice el Dr. Ateev Mehrotra, médico de atención primaria y profesor de políticas de salud en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.
Mehrotra dice que los pacientes deberían ir al médico sólo si algo anda mal, o si es el momento de hacer un importante prueba preventiva como una colonoscopía. Pero se da cuenta que la opinión popular no está de su lado.
“Cuando, como doctor, digo que no abogo por el examen físico anual, siento que estoy atacando a las mamás y a los pasteles de manzana”, dice Mehrotra. “Parece tan intuitivo y sencillo, y es algo que ha sido parte de la medicina durante mucho tiempo”.
Pero él asegura que ensayos aleatorios que se realizan desde los años 80 no apoyan el chequeo anual.
La Society for General Internal Medicine incluso pone al chequeo anual en la lista de cosas que los médicos deben evitar en los adultos sanos. Uno de los problemas, dice Mehrotra, es el costo. Cada visita usualmente cuesta a las aseguradoras unos $150, pero esta cifra se eleva rápido.
“Estimamos que se gasta alrededor de $10,000 millones al año, que es más de lo que gastamos en total como sociedad en el cuidado del cáncer de seno”, agrega. “Es muchísimo dinero”.
Y luego está el riesgo de que un médico ordene una prueba pensando que hay un problema que realmente no existe. Se llama falso positivo, y puede dar lugar a una cascada de pruebas de seguimiento que pueden ser costosas e incluso podrían causar daño real.
El Dr. Michael Rothberg es otro médico de atención primaria, e investigador en salud en la Clínica Cleveland, que suele evitar estos exámenes físicos.
“Generalmente no me gusta asustar a la gente y no me gusta que crean que tienen enfermedades que no tienen”, dice Rothberg. “Yo mismo le digo a mi familia, si te sientes bien, mantente alejado del médico. Si estás cerca de ellos, comenzarán a buscar cosas y ordenar pruebas porque eso es lo que hacen los doctores”.
“La otra cara de esto es que si no te sientes bien, no hay que esconderlo, ni minimizarlo. No pretender que nada pasa, si hay algo mal”. Rothberg dice que todavía tiene pacientes que siempre programan un examen anual. Para esos pacientes, se saltea los aspectos físicos del examen y se centra en hablar con ellos acerca de sus hábitos alimenticios y de ejercicio, posibles riesgos, vacunas apropiadas para la edad y las pruebas de detección que puedan necesitar.
Las recomendaciones que desalientan el chequeo anual se refieren específicamente a adultos sin síntomas. El Dr. David Fleming, presidente del American College of Physicians, dice que es importante que los pacientes mayores sean revisados de manera regular, para “valorar de todo —cómo viven en sus casas, si las condiciones son seguras, ¿están en riesgo de caerse?— Ellos necesitan vacunarse contra la gripe cada año. En esta población está totalmente indicado”.
De nuevo en Miami, Caruso también sabe mucho sobre las investigaciones sobre el examen anual, pero todavía cree en ellos. “Creo que echar un vistazo a alguien vale su peso en oro”, dice. Es una parte importante en el desarrollo de la relación con un paciente, asegura, y ha habido innumerables ocasiones en las que ha encontrado problemas reales durante un examen justo como el que le hizo a Vega.
“¿Qué pasa si el señor Vega hubiera tenido una masa o protuberancia que no lucía bien?”, se pregunta Caruso. “¿Y si cuando se sacó camisa, el Sr. Vega hubiera dicho, 'Oh sí, olvidé mencionar este punto en mi pecho’”, y terminara siendo un melanoma que descubrimos de manera precoz?”.
Y de hecho Vega terminó necesitando un poco ayuda. Vega tiene un dolor en la espalda por lo que ha terminado yendo a una sala de emergencia muchas veces. Caruso fue capaz de referirlo a un especialista para ayudarlo a manejar ese problema.
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