De acuerdo con los hallazgos publicados en The Journal of Clinical Investigation, la capsaicina activa un receptor de las células que recubren el intestino y reducen el riesgo de tumores de colon.
Este receptor -llamado receptor de potencial transitorio V1 o TRPV1- se encuentra en las neuronas sensoriales, donde actúa como un centinela para percibir el calor, la acidez y los productos químicos picantes que hay en el medio ambiente, explicó Eyal Raz, autor principal del estudio.
Los investigadores hallaron que el TPRV1 también está en las células epiteliales de los intestinos, donde se activa por receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR, por sus siglas en inglés). EGFR es un motor importante de proliferación celular en el intestino, cuyo revestimiento epitelial se reemplaza aproximadamente cada entre cuatro a seis días.
“Se requiere un nivel básico de actividad de EGFR para mantener la rotación normal de las células en el intestino”, refirió Petrus de Jong, otro de los autores del estudio. “Sin embargo, si la señalización del EGFR se deja sin restricciones, aumenta el riesgo de desarrollar un tumor”, resaltó.
Los científicos descubrieron que TRPV1, una vez activado por el EGFR, inicia una retroalimentación negativa directa sobre el EGFR, disminuyendo este último para reducir el riesgo de crecimiento no deseado y desarrollo del tumor intestinal. En concreto, vieron que los ratones modificados genéticamente para ser deficientes en TRPV1 tuvieron tasas de crecimiento tumoral intestinal más elevadas de lo normal.
Según los resultados, cuando el EGFR activa el TRPV1, comienza un proceso que reduce el riesgo de aparición de células no deseadas y el desarrollo de tumor intestinal. “Los resultados muestran que el epitelio TRPV1 funciona como un supresor de los tumores del intestino”, resumió de Jong.
Para llevar a cabo el estudio, los científicos alimentaron con capsaicina a ratones genéticamente propensos a desarrollar múltiples tumores intestinales y el tratamiento consiguió que estos ratones redujeran su carga tumoral y un 30% de ellos incremento su esperanza de vida. El tratamiento fue aún más eficaz cuando se combinó con celecoxib, un fármaco antiinflamatorio que se utiliza en algunos casos de artritis o para aliviar el dolor.
“Nuestros datos demuestran que los individuos con un alto riesgo de desarrollar tumores intestinales podrían beneficiarse enormemente de la activación del receptor TRPV1”, destacó Eyal Raz.
La capsaicina se usa ya como analgésico en muchos casos, ya que sus propiedades relajan los nervios y los hacen incapaces de informar del dolor al cerebro.
La cantidad de capsaicina en una especie específica de chile se mide con la escala Scoville, que el químico Wilbur Scoville desarrolló en 1912 para medir la cantidad de un aceite de extracto necesitaba ser diluido hasta que su picor fuera apenas detectable. La capsaicina pura mide 16.000.000 en la escala de Scoville.
El cáncer de colorrectal
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, refiere que el cáncer colorrectal, es el cuarto cáncer más común entre los hombres y las mujeres en Estados Unidos y se presenta principalmente en las personas mayores de 50 años de edad, el riesgo aumenta con la edad.
Los síntomas pueden incluir sangre en las heces, heces más delgadas, cambios en los hábitos intestinales y malestar estomacal general. Sin embargo, es posible no presentar sintomas en sus inicios, de modo que las pruebas de detección son importantes. Todas las personas mayores de 50 años de edad deben someterse a un estudio para descartar el cáncer colorrectal. La colonoscopía es un método que su médico puede usar para detectar el cáncer colorrectal. El tratamiento incluye cirugía, quimioterapia, radiación o una combinación de todas.
Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, en EE. UU., cada año hay cerca de 135,000 nuevos casos de cáncer colorrectal y se calcula que este año morirán 50,000 estadounidenses de este tipo de cáncer.
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