Té de manzanilla para vivir más

La investigación publicada en línea en The Gerontologist, refiere que las mujeres que consumían manzanilla tenían un 29% menos riesgo de morir que las que no lo hacían. Dicha conclusión se desprende del análisis de los datos de 1,677 mujeres y hombres México-americanos de 65 años o más.

En el estudio, se pregunto a los participantes entre el año 2000 y 2001 si consumían té de manzanilla. 14% de las personas en el estudio bebían té de manzanilla. Luego se revisaron los certificados de defunción hasta el año 2007 para determinar si existía alguna relación entre la mortalidad y el consumo de manzanilla.

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Los datos mostraron que consumir manzanilla se asoció con un 29% menos de riesgo de muerte por todas las causas en mujeres, incluso después de considerar los factores socioeconómicos, el estilo de vida y las enfermedades. Este efecto no estuvo presente en los hombres.

"La razón de la diferencia en los resultados reportados entre mujeres y hombres hispanos no está claro, aunque las mujeres se mostraron como usuarias más frecuentes de la manzanilla que los hombres", destacó el profesor Bret Howrey, uno de los investigadores, en información difundida por la institución académica.

No está claro cómo el uso de manzanilla se asocia con la disminución de la mortalidad. Estudios recientes han mostrado sus beneficios potenciales en el tratamiento de la hiperglucemia, malestar estomacal, complicaciones de la diabetes y el trastorno de ansiedad. La manzanilla también ha sido elogiada por reducir el colesterol, sus poderes antioxidantes, antimicrobianos y efectos anti-inflamatorios. 

Los autores del trabajo consideran que la ruta exacta para la reducción de la mortalidad representa un área importante para la investigación futura.

El prestigiado sitio de Natural Standard, una empresa de investigación internacional sobre medicina alternativa, refiere que la manzanilla se ha usando medicinalmente por miles de años y es un tratamiento popular para numerosas dolencias, entre ellas trastornos del sueño, ansiedad, problemas digestivos e intestinales, infecciones e inflamación de la piel (incluyendo eczema), curación de heridas, cólico infantil, dolores de la dentición y dermatitis del pañal.