Los Virus del Papiloma Humano (VPH) son un grupo de cerca de 200 tipos de gérmenes que causan desde verrugas en la piel hasta cáncer. Unos 40 afectan directamente los genitales.
Hay dos categorías de VPH de transmisión sexual. Una se denomina de bajo riesgo, que es la cepa que genera la aparición de verrugas en la zona alrededor de los genitales; la otra, llamada de alto riesgo, puede causar cáncer de cuello uterino, de ano, de boca y garganta, de vulva, vagina y pene.
La infección es una de las más comunes: solo en 2018 en los Estados Unidos se registraron 43 millones, especialmente en adolescentes grandes y adultos jóvenes.
En Latinoamérica, la prevalencia de la infección por VPH, es dos veces más alta comparada con la media global y está asociada a más de 68,000 nuevos casos de cáncer cervical por año.
El virus se puede contraer al tener relaciones sexuales vaginales, orales y anales con una persona que lo porta. Esta propagación puede ocurrir incluso si la persona no presenta síntomas.
Toda persona sexualmente activa puede contraer el VPH, incluso si tiene relaciones sexuales con una sola persona. También es posible que presente los síntomas años después de tener relaciones sexuales con una persona infectada, lo que dificulta saber cuándo se infectó por primera vez.
¿Cómo sé si tengo el VPH?
No hay una prueba para determinar si una persona tiene o no el VPH. Tampoco existe una prueba del VPH aprobada para determinar si hay VPH presente en la boca o en la garganta.
Existen pruebas del VPH que se pueden usar para detectar el cáncer de cuello uterino. Estas pruebas se recomiendan solo para la detección en mujeres de 30 años o más. No se recomiendan para la detección en hombres, adolescentes o mujeres menores de 30.
La mayoría de las personas con el VPH no saben que están infectadas y nunca presentan síntomas o problemas de salud por el virus. Algunas descubren que tienen el virus cuando presentan verrugas genitales.
Las mujeres pueden enterarse de que tienen el VPH cuando obtienen un resultado anormal de la prueba de Papanicolau (al hacerse una prueba de detección del cáncer de cuello uterino). Es posible que otras solo lo averigüen una vez que presentan problemas más graves por el VPH como un cáncer.
La mayoría de las veces el virus desaparece por sí solo, per otras veces puede complicarse y desarrollar células cancerosas.
El VPH no tiene cura, pero hay tratamientos disponibles. Y una gran herramienta preventiva: la vacuna.
Vacuna preventiva contra el VPH
Cada año, solo en los Estados Unidos se diagnostican 12,000 casos de cáncer cervical y hay 4,000 muertes por este mal. También se diagnostican otros 15,000 casos de cáncer vinculados al VPH, que podrían prevenirse.
¿Cómo? Además de usar condón de látex, la vacuna —que se aplica en tres dosis— es una alternativa segura y eficaz desde que la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) la aprobó en 2006.
No se trató de una aprobación fácil: muchos padres estuvieron en desacuerdo con aplicarla en púberes que aún no han iniciado su vida sexual. Pero las autoridades de salud han presentado estudios científicos que demuestran que si se aplica antes de que el joven inicie su vida sexual, la protección contra el VPH es completa.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la Academia Americana de Pediatría recomiendan que se vacunen todos los niños y niñas de 11 y 12 años. Y que se apliquen las tres dosis recomendadas.
Pero también se pueden vacunar jóvenes de más edad que no estén inmunizados. "La vacuna en la actualidad protege contra cuatro formas del VPH, por eso las autoridades de salud la recomiendan hasta los 26, porque se supone que antes de esa edad hubo menor, o ninguna, exposición al virus y la vacuna será más efectiva", dijo el doctor Edward Solis, médico internista de The William F. Ryan Community Health Network, de Nueva York.
Para la doctora Jessica Kahn, profesora de Pediatría y Adolescencia en el Cincinnati Children's Hospital Medical Center, la vacuna contra el VPH tiene una "razonable eficacia en adultos mayores de 26 que no hayan estado infectados previamente con los tipos de virus que cubre la vacuna".
Kahn destaca que la recomendación federal de que la población se vacune hasta los 26 tiene una lógica sanitaria: crear un cordón de inmunidad para que el virus no se siga expandiendo. "En los adultos mayores de esa edad, ese impacto sanitario no existiría, pero sí puede proteger en muchos casos".
Y la vacuna, aunque polémica, tiene las credenciales científicas necesarias. "Es una de las más seguras que existe y se puede aplicar a cualquier edad. El 26 no es un número mágico", opinó el infectólogo Giuseppe Del Priore,
Desde que se comenzó a utilizar la vacuna en 2006:
- Entre las mujeres adultas jóvenes, las infecciones por los tipos de VPH que causan la mayoría de los cánceres por VPH y las verrugas genitales se han reducido en un 81%.
- Entre las mujeres vacunadas, el porcentaje de precánceres de cuello uterino causados por los tipos de VPH relacionados con mayor frecuencia con el cáncer de cuello uterino se ha reducido en un 40%.