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Incisión
La cirugía laparoscópica es una técnica quirúrgica mediante la cual se insertan tubos cortos y delgados (trócares) en el abdomen, utilizando pequeñas incisiones (inferiores a un centímetro). A través de estos trócares se insertan instrumentos largos y angostos, que el cirujano utiliza para manipular, cortar y coser tejidos.
Procedimiento (primera parte)
Se introduce bióxido de carbono a través de uno de los trócares en el abdomen del paciente, elevando la pared abdominal y abriendo espacio para que el cirujano pueda trabajar. Con una cámara, insertada por medio de un trócar, la cual está conectada a un monitor de vídeo, permite al cirujano observar el contenido abdominal.
Procedimiento (segunda parte)
Las pinzas, las tijeras y las suturas que van insertadas al final de instrumentos largos y delgados pasan a través de los trócares.
Cuidados postoperatorios
Por medio de la laparoscopia se pueden realizar una serie de procedimientos, como por ejemplo, la extirpación de la vesícula biliar (colecistectomía laparoscópica), la cirugía del esófago (funduplicatura laparoscópica), la cirugía del colon (colectomía laparoscópica) y la cirugía en el estómago y el bazo.
Entre las ventajas de la cirugía laparoscópica se encuentra el que los pacientes se recuperan con mayor prontitud que cuando son intervenidos con la cirugía tradicional abierta, en la que se hace una incisión grande. Debido a que el cirujano hace sólo unas pequeñas incisiones, en vez de una incisión grande, el dolor postoperatorio es, por lo general, menor.