Tal vez creas que si amas el café y la cerveza y tu mejor amigo prefiere las gaseosas muy dulces sea cuestión de gustos, pero no es así. Nuestras preferencias no se relacionan al sabor de las bebidas, y una científica de la Universidad Northwestern encontró la verdadera razón.
Marilyn Cornelis, la especialista de la institución australiana, llevó a cabo una investigación para encontrar variaciones en los genes que se asocian al gusto para explicar nuestras preferencias de bebidas. Los resultados sorprendieron a la misma Cornelis, pues indicaron que estas preferencias de sabor no se basan en la genética del gusto.
"La genética que subyace en nuestras preferencias está relacionada con los componentes psicoactivos de estas bebidas", explicó la autora en un comunicado. "A la gente le gusta la forma como el café y el alcohol los hacen sentir. Por eso lo beben. No es el sabor".
Los hallazgos hablan de que hay componentes importantes de recompensa de comportamiento para la elección y eso se relaciona al vínculo entre la genética y las bebidas. Por otro lado, encontraron una variante en un gen, llamado FTO, vinculado a las bebidas azucaradas: las personas que la tenían prefieren estas bebidas; pero este gen aún es un misterio para la especialista, ya que también se asocia a menos riesgo de obesidad.
¿Para qué sirven estos hallazgos?
El consumo de bebidas alcohólicas está relacionado con más de 200 enfermedades y representa la causa del 6% de las muertes en todo el mundo. Las bebidas azucaradas también están vinculadas a muchas enfermedades, condiciones de salud y más.
En 2018 un estudio encontró que mientras más bebidas azucaradas consumían las personas, mayor era su riesgo de morir de una enfermedad cardiovascular. La investigación se enfocó más en las bebidas que en los alimentos dulces porque “son el mayor contribuyente individual de azúcar añadido a las dietas de los estadounidenses”, explicó la autora principal Vasanti Malik, investigadora de la Universidad de Harvard.
Se han hecho varios avances para comprender la mecánica de los sabores, desde lo biológico. En un estudio anterior de Northwestern Medicine y QIMR Berghofer Medical Research Institute, encontraron que la amargura evolucionó como parte de un sistema de alerta natural para proteger al cuerpo de sustancias nocivas. Cuanto más sensibles son las personas al sabor amargo de la cafeína, más café toman; y esa sensibilidad es causada por una variante genética.
Cornelis, quien también participó en ese estudio, explicó que se esperaría que las personas que poseen una sensibilidad frente a los sabores amargos de la cafeína tomen menos café, pero los resultados de sugieren lo contrario. “Los consumidores de café adquieren el gusto o la capacidad de detectar la cafeína debido al refuerzo positivo aprendido, es decir la estimulación provocada por la cafeína", agregó.
La nueva investigación es la primera sobre asociación genómica del consumo de bebidas basado en la perspectiva del gusto y la más completo sobre el consumo de bebidas, en general. Los hallazgos dan una visión más amplia sobre la comprensión de los sabores y pueden servir para derribar las posibles barreras que hay a la hora de intervenir en las dietas de las personas.
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