La investigación publicada en The Lancet, refiere que la firmeza del apretón de la mano es mejor que la presión arterial a la hora de evaluar la salud de una persona y que la reducción de la fuerza muscular, medida por el agarre, está vinculada consistentemente con la muerte temprana, la discapacidad y la enfermedad.
"La fuerza de prensión podría ser una prueba fácil y de bajo costo para evaluar el riesgo de un individuo de muerte y enfermedad cardiovascular", destacó el profesor Darryl Leong, autor principal del trabajo. "Los médicos u otros profesionales de la salud pueden medir la fuerza de agarre para identificar a pacientes con enfermedades graves, como insuficiencia cardiaca o derrame cerebral que están en alto riesgo de morir a causa de su enfermedad", añadió.
Para llegar a dicha conclusión, los investigadores hicieron una evaluación de la fuerza muscular mediante la utilización de un dinamómetro, entre 139,691 adultos de entre 35 y 70 años que participaron en el Estudio Prospectivo de Epidemiología Urbana y Rural (PURE) que incluye a 17 países y un seguimiento de cuatro años.
Los resultados mostraron que por cada 11 libras (5 kg) que disminuía la fuerza de agarre de una persona, había un incremento en el riesgo de muerte temprana por cualquier causa del 16%, un 17% más de riesgo de muerte por enfermedades del corazón, o un aumento en el riesgo de infarto de7% o de derrame cerebral en un 9%.
Estas asociaciones persistieron incluso después de haber contemplado factores como la de edad, el sexo, la actividad física, el consumo de tabaco y alcohol, la dieta, el índice de masa corporal y patologías como la diabetes, la hipertensión, el cáncer, la enfermedad de la arteria coronaria, derrame cerebral o insuficiencia cardiaca.
Los hallazgos sugieren que una menor resistencia de agarre estaría vinculada con mayores tasas de mortalidad en las personas que desarrollan enfermedad cardiovascular y patologías no cardiovasculares (por ejemplo, cáncer), lo que significaría que la fuerza muscular podría predecir el riesgo de muerte en las personas que desarrollan una enfermedad.
Los autores del estudio señalan que se necesita más investigación para determinar si los esfuerzos para mejorar la fuerza muscular es probable que reduzcan el riesgo de un individuo de la muerte y la enfermedad cardiovascular.