Si los costos de tu atención médica están aumentando rápidamente, estás en la misma situación que muchos. Alrededor del 25% de los estadounidenses reportaron tener dificultad para pagar sus facturas médicas el último año, de acuerdo con una encuesta de la Kaiser Family Foundation y el New York Times.
El pago promedio de gastos de bolsillo para aquellos que toman medicamentos de venta con receta es de $792 anualmente. Alrededor del 11% de nosotros gasta más de $1,200 al año, según una encuesta nacional de Consumer Reports Best Buy Drugs.
Para reducir los costos, te damos 10 consejos que funcionan:
1. Verifica el precio con el médico. Cuando tu médico te recete un nuevo medicamento, pregúntale el precio antes de irte del consultorio. A pesar de que casi 8 de cada 10 recetas médicas se surten hoy con medicamentos genéricos, los cuales pueden ser hasta un 90% más económicos que los medicamentos de marca, no todos los medicamentos están disponibles como genéricos. (Y algunos genéricos cuestan mucho dinero). En esos casos, habla con tu médico o farmacéutico acerca de opciones de menor costo para la misma clase de medicamentos. (Si tu médico no está seguro acerca de los precios, puedes ir a sitios web como GoodRx o Blink Health antes de surtir una receta médica).
2. Pide una receta para tres meses. Esto podría ser significativamente más barato para los medicamentos que tomas a largo plazo. Si usas tu seguro, pagarás un copago en lugar de tres. Los negocios minoristas como Costco y Walmart a menudo ofrecen programas de medicamentos genéricos con descuento, en donde pagas $10 por un suministro para 90 días, lo cual sale a menos de $4 cada 30 días.
3. Compara precios. Algunos planes comerciales, así como los planes Advantage y la Parte D de Medicare tienen farmacias preferidas, las cuales pueden ofrecer precios más bajos a los miembros del plan. Pero es posible que no siempre consigas las mejores ofertas de esta manera, así que busca una farmacia que ofrezca los mejores precios en medicamentos que necesites de forma regular. En general, nuestra investigación descubrió que las cadenas de farmacias grandes eran las que más cobraban, y los negocios minoristas que son megatiendas tenían los precios más competitivos.
4. Pide una rebaja en el precio. Los representantes de algunas tiendas, como Costco, nos indicaron que sus contratos con los planes de la Parte D de Medicare les prohíben a los farmacéuticos ofrecer un mejor precio, a menos que el cliente pregunte directamente. “Incluso si los farmacéuticos se niegan a reducir el costo de tu medicamento, les impulsará a buscar cualquier programa de descuento, tarjetas y cupones disponibles”, dice Jeff Rice, M.D., Presidente de Healthcare Bluebook, el cual ayuda a los consumidores a determinar los precios de los servicios médicos. Y no descartes las farmacias independientes, en donde “a menudo puedes tener suerte si pides un precio más bajo, ya que los farmacéuticos podrían tener más flexibilidad para igualar o mejorar los precios de la competencia”, dice Rice.
5. Considera una farmacia en línea. Podrías ahorrar si usas una farmacia en línea de bajo costo, tal como HealthWarehouse.com. Pero asegúrate de usar un minorista en línea que opere dentro de EE.UU. (es ilegal ordenar medicamentos extranjeros), que esté autorizado y tenga un farmacéutico autorizado por el estado. (Revisa nabp.net para encontrar sitios acreditados). Debe mostrar el símbolo de VIPPS para demostrar que es un sitio verificado de práctica de farmacia en internet.
6. Averigua si necesitas seguir tomando el medicamento. El adulto promedio toma 4.6 medicamentos de venta con receta regularmente. Al menos una vez al año, repasa tus medicamentos con tu médico. “Es posible que haya algunos que sencillamente ya no necesitas”, dice Davis Liu, M.D., un doctor en medicina familiar para Kaiser Permanente en Roseville, Calif. y autor de “The Thrifty Patient” (Stetho Publishing, 2012).
7. Averigua cuánto te va a costar un examen médico o procedimiento con anterioridad . El precio de los exámenes y procedimientos puede variar dependiendo de factores tales como tu seguro o el proveedor o centro de atención médica que uses. “Es increíble cuánto varía el costo incluso en el mismo código postal”, dice Rice. Por ejemplo, Healthcare Bluebook descubrió que una cirugía de catarata cuesta de $2,684 a $8,662 en diferentes centros de Charleston en West Virginia. Prueba estas estrategias de ahorro:
La mayoría de las compañías aseguradoras tienen herramientas en línea que ayudan a los consumidores a determinar sus costos de desembolso directo con los proveedores de la red. (O puedes ir a healthcarebluebook.com o clearhealthcosts.com para encontrar los precios locales). Los consumidores que usaron su herramienta del seguro médico para determinar con precisión los costos de los estudios del sueño y las pruebas de diagnóstico por imágenes gastaron alrededor de 12% menos, según un estudio en la revista científica JAMA Internal Medicine.
8. Regatea, pide un precio más bajo por un procedimiento. Cuando usas la información de los precios locales, también es posible que puedas negociar directamente con tu médico u hospital. “Si se dan cuenta de que podrías irte a un lugar más económico para recibir la atención médica, podrían automáticamente reducirte el precio”, explica Rice.
9. Debes saber cuándo conviene hacer el pago de tu bolsillo. Si tienes un deducible alto y no piensas que lo cubrirás durante el año, tal vez te puedas beneficiar al pagar el precio en “efectivo” y no por medio del seguro. “Es una molestia para el consultorio de tu médico completar la papelería y darle seguimiento con las compañías aseguradoras para que les paguen, así que con frecuencia agradecen la posibilidad de evitar eso al ofrecerte un descuento”, dice Jeanne Pinder, fundadora de Clear Health Costs, la cual compara los costos de la atención médica en varias ciudades en Estados Unidos.
10. Médicos en línea, cuándo convienen
Los sitios web tales como Doctor on Demand y MDLive prometen una atención médica conveniente y no costosa: $49 por un chat con vídeo de 15 minutos, por ejemplo. Pero es posible que no los cubra el seguro, así que el costo de desembolso directo podría ser más alto que tu copago regular.
Y la calidad de la atención por medio de la computadora podría no ser pareja: Un estudio reciente de University of Pittsburgh descubrió que era más probable que los médicos recetaran antibióticos para las infecciones de los senos nasales o infecciones del tracto urinario a pacientes que trataban en línea que a los que atendían personalmente. También era mucho menos probable que los médicos en línea ordenaran pruebas de confirmación de los cultivos urinarios para las infecciones del tracto urinario (UTI).
Las consultas médicas virtuales se deben reservar para inquietudes sencillas, tales como una tos, dolor de garganta y diarrea de corto plazo. Y si optas por este sistema, busca un sitio que esté acreditado por la American Telemedicine Association (ingresa a americantelemed.org y busca los servicios acreditados).