¿A qué edad comenzar con la mamografía?

El cáncer de mama es el tipo de cáncer más común en las mujeres y la segunda causa principal muertes por cáncer entre mujeres en las Américas. Hay más de 462.000 casos nuevos y casi 100.000 muertes por cáncer de mama anualmente en las Américas, según datos de la Organización Panamericana de la Salud. 

La mamografía sigue siendo la prueba de detección más eficaz para diagnosticar el cáncer en una etapa temprana, cuando es posible tratarlo y, en muchos casos, curarlo. 

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  Luego de muchas discusiones sobre el mejor momento para comenzar a realizarse mamografías, el número de pruebas de acuerdo al riesgo y la historia familiar con el cáncer de seno, entre otros factores, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (U.S. Preventive Services Task Force) dice que:

  • La decisión de comenzar con la mamografía de detección en mujeres antes de los 50 años debe ser individual. Las mujeres que otorgan un mayor valor al beneficio potencial que a los daños potenciales (en general la posibilidad de sobretratamiento) pueden optar por comenzar la evaluación cada dos años entre los 40 y 49 años. 
  • Para las mujeres que tienen un riesgo promedio de cáncer de mama, la mayor parte del beneficio de la mamografía resulta de la detección cada dos años, entre los 50 y los 74 años. 
  • De todos los grupos de edad, las mujeres de 60 a 69 años tienen más probabilidades de evitar la muerte por cáncer de mama a través de la mamografía. 
  • Si bien la mamografía de detección en mujeres de 40 a 49 años puede reducir el riesgo de muerte por cáncer de mama, la cantidad de muertes evitadas es menor que la de las mujeres mayores, y la cantidad de resultados falsos positivos y biopsias innecesarias es mayor. Es probable que el balance de beneficios y daños mejore a medida que las mujeres pasen del principio de sus 40 hacia el final de esa década. 
  • Además de los resultados falsos positivos y las biopsias innecesarias, todas las mujeres que se realizan mamografías de detección periódicas corren el riesgo de recibir un diagnóstico de cáncer de mama invasivo y no invasivo que, de otro modo, se habrían convertido en una amenaza para su salud durante su vida. 
  • Comenzar las mamografías a una edad más temprana y realizarlas con mayor frecuencia puede aumentar el riesgo de sobrediagnóstico y subsiguiente sobretratamiento. 
  •  Las mujeres con un padre, un hermano o un hijo con cáncer de mama tienen un mayor riesgo de desarrollarlo. Por eso, pueden beneficiarse más que las mujeres con riesgo promedio si comienzan a hacerse pruebas de detección a los 40 años.

Siempre es esencial discutir todas las opciones con el médico de cabecera, para eventualmente tomar decisiones sobre seguimientos y tratamientos.